Foto | Nora Zubia @slowandchic

Cuando hace un par de semanas estábamos cuadrando contenidos para el 17 de octubre -al trabajar en equipo junto a Nora hemos de ir organizando las publicaciones con bastante antelación- decidimos que el post sobre la pimienta negra no se podía hacer esperar más. Es uno de esos básicos facilones, del que seguramente muchos desconozcáis todas sus propiedades, pero del que seguro todos tenéis ya por casa y utilizáis, aunque sea de vez en cuando.

Así bien, el objetivo de hoy es contaros todo lo bueno que tiene la pimienta y convenceros de que aumentéis su consumo 😉 Para nosotras, cuando descubrimos lo fantástica que era, fue un antes y un después en cuanto a lo mucho que ahora la consumimos en ambas casas. Hasta tal punto que incluso ahora los peques -bueno, hablo de los míos- nos piden muchas veces a la hora de la cena o de la comida, como acompañamiento, unas rodajas de tomate con un poquito de AOVE, y, ¡de pimienta!, y, ¡de vinagre de manzana! Si me hubieran dicho esto hace dos años o más, os prometo, ¡¡qué no me lo hubiera creído!! Pero es evidente que somos animales de costumbres, y con los sabores yo estoy comprobando que sucede lo mismo. Todo es cuestión de irse habituando a las cosas. Por supuesto, para llegar a ese punto -sobre todo con los peques-hace falta ser tenaces, un poco perspicaces y tener paciencia… Pero al final se va avanzando, por lo que bien merece la pena el esfuerzo. Buenos, vamos allá, que hoy me enrollo como las persianas, ¡jajaja!

Todos sabemos que la pimienta negra es una especia. Y todos sabemos que su sabor es algo fuerte por lo que les da mucha alegría a los platos. Esa fuerza en su sabor se la debemos a la piperina, al igual que muchas de sus positivas propiedades para nuestra salud:

• Estimula las secreciones gástricas y ayuda en el vaciado gástrico, por lo que favorece las digestiones lentas.
• Ayuda a eliminar grasas.
• Ayuda a abrir el apetito.
• Ayuda a disminuir el nivel de colesterol.
• Previene la retención de líquidos debido a que la pimienta consumida se tiende a eliminar mediante el sudor y la orina.
• Favorece la eliminación de gases.
• Es antioxidante: puede ayudar a luchar contra las células cancerígenas.
• Es antiinflamatoria: puede ayudar a frenar la proliferación de las células cancerígenas.
• Es antibacteriana, por lo que es ideal para luchar ante infecciones de todo tipo.

 ¿Cualquier pimienta negra nos vale? ¿Cómo la conservamos?

Casi que no. Es mucho mejor tenerla en granos y molerla justo antes de utilizarla. Si la tenemos en grano, podemos conservarla a temperatura ambiente. Si la tenemos ya molida, habrá que conservarla en un bote de cristal, hermético a poder ser, y siempre en la nevera (esto os sonará a las semillas ya molidas 😉 Y es que el modo de conservación, al tratarse de algo molido, es exactamente el mismo).

¿Cuándo debemos controlar el consumo de pimienta?

Si padezco de gastritis, de acidez estomacal, de úlceras gástricas o de dispepsia. El motivo no es otro que la pimienta hace que las secreciones ácidas aumenten, lo que puede hacer que los síntomas en todos estos cuadros mencionados se intensifiquen.

Visto lo visto, ¿merece o no merece la pena aumentar el consumo de pimienta? Además, les da tanto sabor a nuestros platos que acabáremos reduciendo el consumo de sal. Es más, si os pasa como a nosotras, en muchas ocasiones, en lugar de recurrir a la sal, recurriréis a la pimienta.

Para concluir recordaros una fórmula de la que ya hace tiempo os hablamos:

cúrcuma + pimienta negra + AOVE

Esta mezcla es genial para nuestro organismo. Añadidla en fusión a vuestros platos siempre que podáis. Es más, probad a añadirla también a vuestros zumos naturales recién hechos. Si no os gusta el sabor que les da, matizarlo con un chorrito de zumo de limón… Vuestra salud os lo agradecerá 😉 .