Foto | Nora Zubia @slowandchic
No, no nos hemos equivocado de época. Ni de alimento. Ni de post. Si bien es cierto que solemos relacionar la calabaza solo con el otoño – ¿será por aquello de su importancia en la celebración de Halloween? – o los meses más fríos, es una verdura que abarca muchos meses de temporada. Y ahora mismo, queridos caminantes, seguimos en temporada de calabaza. Y es fantástico, ¿por qué? Porque es un alimento con tantísimas propiedades que es todo un lujo tener acceso a él durante tantos meses. En nuestras casas siempre hay calabaza. Recurrimos a ella para tantas cosas, que es un básico en toda regla.
A ver, ¿por dónde empezamos?
Versatilidad. Es una verdura tremendamente versátil y lo mismo vale para un roto que para un descosido: en cremas de verduras (muy pronto en sus pantallas receta dedicada a una sencilla crema de calabaza😉), en zumos naturales, en guisos de legumbres, en bizcochos, al horno… incluso en ensaladas gracias a ¡sus semillas! O como picoteo gracias a las mismas. ¿Nunca habéis probado a hornear semillas de calabaza con pimienta negra, AOVE y un chorro de limón? Pues probadlas, riquísimas, y es una manera sana y sencilla de picotear.
Nutrientes. Tiene tantos que podríamos catalogarla como una auténtica bomba nutritiva, destacamos los siguientes:
- Antioxidantes. Como los carotenos y los licopenos, gracias a los cuales la calabaza puede llegar a inhibir el desarrollo de células cancerígenas, dicho de otro modo, neutralizar los dichosos radicales libres. ¿A qué estás alturas del partido esto ya os lo sabéis al dedillo 😉?
- Vitamina A.
- Vitamina C.
- Ácido fólico. Ideal para las embarazadas.
- Fibra. De ahí su poder saciante.
- Potasio.
- Y mucha agua y muy pocas calorías.
Propiedades. En base a los nutrientes ya destacados, podemos decir que la calabaza es buena para:
- Aliviar problemas de estreñimiento.
- Aliviar problemas de acidez estomacal y/o gastritis.
- Facilitar las digestiones.
- Eliminar a eliminar toxinas.
- Ayudar a evitar la retención de líquidos.
- Disminuir los niveles de colesterol.
- Prevenir la formación de cálculos renales.
- Prevenir la aparición de enfermedades del corazón: infartos y anginas de pecho.
- Prevenir la aparición de problemas oculares: cataratas y pérdida de visión.
- Impedir el crecimiento de la próstata en casos de hiperplasia benigna, algo tan típico en hombres de más de 50. Y algo que, aunque no es grave, acarrea molestias importantes relacionadas con la micción.
- Controlar los niveles de azúcar en sangre. Y esto, ya lo sabéis, importantísimo tanto para personas diabéticas como para personas con cáncer.
- Reducir las posibilidades de padecer cáncer de colon, próstata, vejiga, cuello de útero, estómago y pulmón, principalmente.
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