DE ACEITES ESENCIALES Y SEGUNDAS OPORTUNIDADES CON BEA

En alguna ocasión ya os he hablado de ella por aquí. La pasión por la danza y el baile nos unió en Madrid hace ya muchos años. Nos perdimos la pista durante un tiempo. Y ahora, los aceites esenciales han hecho que nos volvamos a reencontrar en la distancia. Quizás algunos ya estéis adivinando que os estoy hablando de Bea Cuidado Esencial. Hoy es nuestra invitada. Viene a hablarnos de su pasión por los aceites, pero también viene a contarnos la historia que en realidad se esconde detrás de ellos. Una historia marcada por decisiones cruciales, blancos y negros, y segundas oportunidades. Una historia que vuelve a tener como protagonistas a acompañantes activos y conscientes cuando el cáncer se interpone en nuestros caminos… Sin más preámbulos, os dejo con Bea.

Noviembre del 2017. Mi padre no está bien. Parece que no es él, dice mi madre. Hace cosas muy raras, tiene despistes y cambia de humor con facilidad. Vamos a esperar un poco mamá, le contesto yo. Lo mismo es algo puntual (aunque por dentro intentaba convencerme a mí misma de lo que estaba diciendo). Las alarmas saltaron un día en el que tuvo un pequeño susto al volante. Taxista de profesión, imaginaos el impacto que aquello podría tener. Mi madre no conseguía hacerle entrar en razón para que fuera al médico así que un buen día, empoderada en mi convicción de que las cosas no iban bien, decidí presentarme en casa de mis padres y llevármelos a urgencias. Fue una decisión muy difícil de tomar, pero la más acertada que he hecho en mi vida.

Nada más llegar le hicieron varias pruebas y tras unas horas de espera, nos hicieron pasar a una sala independiente. Malas noticias, pensé al instante. Y allí, de pie y sin mucho tacto, nos soltaron la bomba de que tenía un tumor en el cerebro y que había que descubrir si había metástasis. En aquel instante sostuve a mi madre que parecía que se iba a desplomar en cualquier momento y observé a mi padre, impasible, sin reaccionar, mirando a aquella doctora sin ni siquiera pestañear.

Desde entonces las cosas sucedieron muy deprisa. En poco tiempo, le hicieron mil pruebas, le operaron y llevaron a cabo una biopsia para averiguar a qué nos estábamos enfrentando. Ahora sólo tocaba recuperarse y esperar los resultados mientras pasábamos unas atípicas navidades en familia.

Transcurría el tiempo y seguíamos sin tener noticias hasta que un día nos llamaron para darnos las buenas nuevas: “Glioblastoma multiforme en estadio IV. La operación ha conseguido extirpar gran parte del tumor, pero ahora comenzaremos con tratamientos para evitar las posibles recidivas, que suelen ser muy frecuentes y en corto espacio de tiempo. Es un tumor muy agresivo”, nos dijo el neurocirujano.  Aquellas palabras todavía resuenan en mi cabeza como si fuera ayer.

Tras el diagnóstico y gracias siempre a la fortaleza y valentía que caracterizan a mi padre, comenzamos una larga temporada de tratamientos, salas de hospital, consultas médicas, etc. Pero afortunadamente, en abril de 2021 seguimos todos aquí, luchando día a día y agradeciendo a la vida habernos regalado una segunda oportunidad.

Durante todo este tiempo de duros tratamientos, efectos secundarios, montaña rusa de emociones y un largo etcétera, fuimos cambiando también otras cosas. La primera de todas fue la alimentación. Mi padre no comía mal, como decía él, pero se dio cuenta de que había algunos aspectos que se podían mejorar. Al principio no estaba por la labor de probar cosas nuevas, pero no se pudo resistir a las deliciosas recetas que con tanto amor le preparaba su mujer.

La segunda y no menos importante fue el ejercicio físico y aquí mi padre es un claro ejemplo de superación y perseverancia. Caminar, ir al gimnasio, a la piscina y hasta participar en carreras populares. Quién le ha visto y quién le ve ahora, ¡es una maravilla!

En tercer lugar, llegaron a nuestros oídos otro tipo de terapias o tratamientos que podían ayudar a conseguir un mayor bienestar tanto físico como emocional. Y así fue como llegué al maravilloso mundo de los aceites esenciales.

Comencé probando algunos que venden en las farmacias y me empezaron a gustar mucho, pero no fue hasta que descubrí los de Young Living cuando me enamoré por completo de ellos. Su sello de calidad “Seed to Seal” hacen que sean 100% naturales y puros, libres de pesticidas y agroquímicos y por ello son de “grado terapéutico” pudiendo usarse con todo tipo de personas desde bebés, niños pequeños, embarazadas, etc.

Así que me lancé a la piscina y decidí comprarme el “kit de inicio” porque me aconsejaron que era la mejor manera de introducirme en la aromaterapia. Esta pequeña caja de bienestar incluye doce aceites esenciales y un difusor ultrasónico que cubren las necesidades de cualquier persona y que se han convertido en mi botiquín natural.

Desde aceites que ayudan a dar soporte al sistema inmune aumentando las defensas, pasando por otros que contribuyen a abrir las vías respiratorias siendo fundamentales en la época del año que estamos, hasta otros que regulan y equilibran el sistema digestivo o que nos ayudan con las molestias musculares y la tensión en la cabeza. Estos son sólo algunos ejemplos de los beneficios que me aportan diariamente. Y todo esto sin olvidarnos también del plano emocional, ya que he encontrado paz y tranquilidad en el ritmo frenético del día a día. En consecuencia, he logrado dormir y descansar muchísimo mejor.

Además, soy una enamorada de la cosmética natural y con ellos me hago mis propios productos como el jabón para lavarme la cara, el tónico y el sérum facial, la crema corporal y de manos, etc. Yo tengo una máxima que leí una vez y desde entonces no se me olvida, que es: “no te pongas nada en la cara que no te comerías”. Sencillo pero muy ilustrativo, ¿verdad?

Por último y no menos importante es la limpieza del hogar sin tóxicos. Yo soy mamá de dos niños pequeños que están continuamente por el suelo y este tema es prioritario para mí. Pues gracias a los aceites esenciales de Young living, he eliminado la mayoría de los productos que utilizaba anteriormente y que contenían muchas sustancias que como bien sabemos, son causantes de algunas enfermedades.

Así que como veis he dado un giro de 360º a mi estilo de vida y al de mi familia y, sobre todo, hemos ganado en bienestar.

Bea, gracias, por aceptar mi invitación a Jaque, ¡ojalá y ya nunca nos volvamos a perder la pista! Haré lo que esté en mi mano para que así sea 😉 y no desaprovechar esta segunda oportunidad.

Caminantes, si queréis adentraros en el mundo de los aceites esenciales, Bea puede ser una buena guía. Además de ser un encanto, sabe mucho y lo cuenta fácil. ¡Seguidla en Facebook y/o Instagram y veréis!

CUANDO LA REALIDAD SUPERA LA FICCIÓN

Cuando aquella semana del mes de marzo se empezó a parar la vida en nuestro país, una servidora nunca imaginó lo que seguiría a aquel parón. Recuerdo estar el 12 de marzo conversando con dos buenas amigas y arreglando el mundo sentenciando las tres «nada, vamos a estar así hasta Semana Santa y ya…» Nada más lejos de la realidad.

Con la llegada de septiembre me asomo de nuevo por el blog tras muchos meses de ausencia por aquí. Y lo hago con la sensación de estar viviendo otra vida, una vida de esas de película. Y es que ahora sí, podemos decir, que nuestra realidad ha superado la ficción.

El bucle de la pandemia está trayendo muchas consecuencias.

Económicas y profesionales. Tengo amigas que se han quedado sin trabajo por ejemplo. Sociales. Creo que los más mayores y los más pequeños son quienes más están sufriendo a este respecto. Sanitarias. ¡Ay la salud! 😦 La salud por culpa del Covid como causa directa y la salud por culpa del Covid como causa indirecta. La gente fallece, de Covid, pero no solo de Covid y la gente se enferma, de Covid, pero no solo de Covid. En esta nueva vida el resto de enfermedades siguen vivitas y coleando. Llámense depresiones, infartos o cánceres. Por esto, debe ser prioritario que los centros de salud retomen su ritmo y cadencia. Con otras normas y otras precauciones, desde luego, pero han de estar ahí para salvaguardar la salud de todos. Y también, las pruebas en hospitales han de reanudarse definitivamente e ingeniárnoslas para que no se paren. Porque en esos parones se nos puede ir la vida…

Y así introduzco la historia de Olatz Vázquez. Una historia que ya fluye en redes sociales y en periódicos nacionales. Y una historia de la que me he querido hacer eco… importante es que todos seamos conscientes de esto…

Oltaz tiene 26 años y desde junio sabe que tiene cáncer. Un cáncer gástrico en estadio IV. Un cáncer gástrico que no se detectó a tiempo. Por causa del Covid. Y por alguna otra (insólita) causa. Os dejo el link al artículo que ella misma escribió para El Confidencial. Cree que contar al mundo su historia puede ayudar a otras personas. Yo no puedo estar más de acuerdo. Ni más agradecida por ello. Ya lo sabéis, todo suma…

Os animo mucho a que la leáis. Y a que compartáis.

https://www.elconfidencial.com/espana/2020-08-27/testimonio-olatz-vazquez-diagnosticado-tarde-cancer-culpa-coronavirus_2726163/

Gracias y, por cierto caminantes,

¡estoy encantada de volver a veros por aquí!

Recordando invitados: 702 RAZONES PARA CREER EN MÍ

RECORDANDO INVITADOS 702 RAZONES DE CREER EN MI

Cada vez que leo este post enmudezco y mil cosas me remueven por dentro. La determinación en las palabras y en los actos de Rosa me transmite una fuerza de otro planeta. Y su lema compartido con amiga,

¡¡¡DA IGUAL TODO!!!, cree en ti, lo demás no importa

cobra más sentido que nunca.

Caminantes, la historia de Rosa y su madre, y de su cáncer de colon y sus metástasis, puede ayudaros. ¿A qué? Pues a inspiraros. A sentiros quizás identificados. A no sentiros solos. A llenaros de fuerza y determinación. A no esperar. A entender que hay luz y que nada ni nadie nos debe impedir que la busquemos y la encontremos, aunque nos suelten de golpe y porrazo:

Aquel señor de pelo blanco y cara lánguida nos hizo sentar en una silla para soltarnos de golpe que nuestra madre tenía un tumor y que era grande. Cito textualmente: ustedes verán como proceden, porque esto con pastillas no se cura. Aún no hay resultados de biopsia, pero es cáncer. Recordaré aquel día toda mi vida. Ahora era mi madre (64 años) la protagonista de la común historia de casi todas las familias. Mi hermano me sugirió que no dijéramos nada de momento. ¿Esperar? ¿A qué?

Así las cosas, empezamos semana con mucha fuerza y recordando un grandísimo post.

https://jaquealcancer.com/2018/07/18/702-razones-para-creer-en-mi/

Rosa, una vez más, ¡ G R A C I A S !

Recordando invitados: QUÉDATE A MI LADO

recordando invitados quedate a mi lado

En un proceso de enfermedad como el cáncer, todo suma y todo cuenta. Hasta, por supuesto, esas personas que nos acompañan cada día en nuestras subidas y en nuestras bajadas. Esas personas que interpretan un papel secundario cuando el cáncer irrumpe en nuestras vidas, pero ojo, un papel que, no por ser secundario es menos importante.

Hace tiempo rendíamos tributo a esos Acompañantes con un post emocionante e increíble. Un post que pudo ver la luz gracias a la generosidad de algunos caminantes y acompañantes. Y un post que fue fruto directo de vuestra inspiración: caminantes y acompañantes que cada día asoman por Jaque y caminantes y acompañantes del mundo en general que de un modo u otro llegan a mí.

Hoy los recordamos. Buena oportunidad para re-leerlos y quizás, para re-aprender e inspirarnos mucho, mucho…

Marta, Sara, Rosa, José María, Miriam, Isabel, Zania, Isidoro, y Paula, me encanta volver a veros por aquí. Sé que muchos de vosotros estáis fenomenal, sé que algunos otros estáis otra vez en pleno camino, sorteando alguna piedra nueva: volando va mucha fuerza y mucha energía de la buena para ese nuevo proceso. Y, a esos a los que os he perdido la pista, espero de corazón, que vaya todo bien…

Y sin más preámbulos, he aquí ese Gran post.

https://jaquealcancer.com/2018/03/22/quedate-a-mi-lado/

¡¡¡Muchas gracias de nuevo a todos los que en su día participasteis!!!

Caminantes, Acompañantes, un abrazo grande para todos.

LAZOS ROSAS

last!!

Últimamente voy más al galope que nunca. El trabajo. La casa. La familia. Esto y aquello. Y sí, reconozco que tengo el blog un poco descuidado. Mantengo el tipo en redes sociales -así que, si me echáis de menos, ya sabéis donde encontrarme 😉 facebook, instagram, twitter– y así voy tirando. Mi libreta de Jaque está más a colorines que nunca, repleta de tareas pendientes, a las que muchas veces no consigo darles cabida. Uno de estos pendientes era ver el documental Lazos Rosas. Seguro que a estas alturas ya sabéis de que documental hablo. Mis queridas Idoia y María, y un montón de caminantes más, se han encargado de darle un buen bombo y platillo y han inundado Instagram de #menosrosamasinvestigacion en alusión a todo el tema del pinkwashing relacionado con el cáncer de mama.

El caso, que ya me he visto el documental en cuestión. Ahora me siento preparada para opinar con un poco de conocimiento de causa. El documental, a pesar de que tiene un tema principal muy claro, es mucho más profundo, ya que ahonda en muchas otras cuestiones. Dicho de otro modo, es un documental con mucha chicha para ver con completa atención.

¿A qué he llegado yo tras ver el documental? Resumiendo mucho a lo siguiente:

  1. Que no está bien que nadie se aproveche de una enfermedad, llámese cáncer de mama, llámese cualquier otra, para hacerse más famoso, rico o poderoso.
  2. Que nunca sabremos con certeza si la decisión real de una empresa de ayudar a una causa, viene con segundas intenciones o no. Creo que es muy fácil opinar desde fuera, pero cuando «estás dentro» y te animas a impulsar algo benéfico, os aseguro que es una tarea mucho más ardua y compleja de lo que pueda parecer, a la que tienes que estar dispuesto a invertir mucho tiempo no remunerado, muchas horas de trabajo, y a veces algo de desgaste emocional. Sobre todo cuando notas que ese proyecto al que tanto tiempo le has dedicado, no termina de funcionar, que puede que tal vez pierdas dinero, que sientes que no confían en ti y que además te juzgan, creyendo que tu estás ganando algo a costa de eso… cuando, tu único objetivo, es recaudar algo de dinero y donarlo a una causa que apoye la investigación contra el cáncer (infantil en este caso). Sí, sé que esto le sucede a mindunguis como yo sin muchos recursos y no a las grandes empresas, pero aún así, pienso que hay que ir con cautela con eso de juzgar sin más a quien se involucra en causas de este tipo.
  3. Que tal vez lo importante no sea si se dona mucho o poco, sino que haya total transparencia con la cantidad que se dona -sea alta, sea baja-, es decir, que se especifique la cantidad real que se dona y que a partir de ahí cada uno decida si le interesa colaborar con ello o no.
  4. Que es importante que nos digan a donde se destina lo que se consiga, saber realmente con que proyecto de investigación se está colaborando. Y, lo mismo de antes, ya yo decidiré contribuir o no con esa causa.
  5. Que hay que saber si verdaderamente ese dinero llega a buen puerto. Esto es complicado de cerciorar, pero si hay transparencia en todo desde el minuto uno, quiero pensar que llegará a buen puerto.
  6. Que siguen sin gustarme “los días de”. Ni el día del amor, ni el día de tal o tal enfermedad. Porque, aunque quizás tenga un efecto impactante en la sociedad, nuestra sociedad no debería concienciarse solo un día al año en cuestiones importantes. Es como si hiciéramos esto, “hoy te digo te quiero porque es San Valentín, pero el resto de días del año no lo hago”. Y es además como la excusa perfecta para estar en esa “zona de confort” que implican causas como la del cáncer: solo ayudo, apoyo y colaboro este día. El resto del año, ¡ni me acuerdo!
  7. Que me preocupa mucho, mucho, mucho:

✴️La falta de coherencia y de ética que hay y que conlleva a una irresponsabilidad social importante con todo este tema. Ejemplos:

Creo que no puedes animar a las participantes de una carrera contra el cáncer de mama a que se tomen un caramelo al finalizarla lanzándoles el mensaje -literal- de: “venga, tomaros un caramelo, para que os suba el azúcar en sangre” ¡¿Cómo dijo?!

¿Es posible qué te preocupe el cáncer de mama verdaderamente cuándo tus productos están cargados de hormonas qué luego todos nos comemos y hormonas, que está demostrado, que aumentan el riesgo de padecer cáncer? Para mí es más inmoral esto que, que se done solo tal o tal cantidad.

✴️La falta de preocupación profesional y social generalizada que existe respecto a la prevención. No se le presta atención, ni a nivel de consejos, ni a nivel de investigación, ni a nivel de día a día, ¡ni nada de nada! En el documental se comenta que ¡solo se destina un 15% de lo recaudado a la prevención! Así no se ahonda lo suficiente en la causa y en el origen de la enfermedad. De acuerdo, que a veces el cáncer llega sin causa, pero otras muchas se cree que no. Y en esas otras muchas, con prevención torearíamos mucho más y mejor a esta dichosa enfermedad.

✴️El cáncer de mama metastásico. Creo que se le está dando muy poca importancia a una enfermedad INCURABLE a día de hoy. Poca consciencia social existe al respecto, poca información, pocos medios, poca investigación, poco de todo…

✴️Los cánceres minoritarios y raros. Debemos enfocar fuerzas e intereses en todos, y en vez de ser excluyentes, intentar ser lo más incluyentes posibles. No solo existe el cáncer de mama.

He resumido mucho lo que este documental me ha inspirado. Y quizás lo mejor sea que lo veáis si aún no lo habéis hecho y os forméis vuestra propia opinión al respecto.

Yo desde luego que clamo también al mundo el #menosrosamasinvestigacion, pero lo clamo desde quizás otros ángulos,

  • El del agradecimiento a quien sí dona, aunque done muy poco, siempre que sea transparente y claro él “¿a dónde va ese dinero qué se está donando?”.
  • El de dar el beneficio de la duda a quien dona, de que lo hace con el corazón en la mano.
  • El de darle a la investigación un lugar de primera, real y verdadero, en nuestras sociedades y políticas de estado.
  • El de no pararnos a pensar en frivolidades de colores, ¿es acaso tan importante el color de algo? Al final, creo que perdemos tiempo y nos desgastamos con cosas tal vez menos prioritarias. No creo que a estas alturas nadie piense que todo lo relacionado con el cáncer de mama es rosa porque tener cáncer de mama es rosa = viajar a un mundo de algodones y princesas… Centremos nuestras fuerzas, tiempo y dedicación en lo realmente prioritario.

Soy consciente de que quizás vaya un poco contra viento y marea con este post. Quizás esté un poco en tierra de nadie. Y quizás despierte muchas reacciones en quien me lea. Corro el riesgo. Esta soy yo. Así pienso, así actúo. Y no me sale esconderme…

Ya para acabar, os cuento que en la foto que acompaña al post he reunido a muchos de los caminantes que tienen o han tenido cáncer y han pasado por Jaque como invitados. Alguno se me ha quedado en el tintero, al tener que recortar alguna foto o tal vez algún otro por despiste. Ya lo siento. Y, sobre todo siento en el alma el que, algunos de estos caminantes y otros muchos más, de aquí y de allá, hayan emprendido ya su vuelo más lejano y eterno. Llevémoslos siempre en nuestro corazón, no olvidemos las lecciones de vida que nos dejaron y sonriamos al recordarlos cada día.  Yo así lo hago y así lo haré hoy más que nunca. Y sí, que hoy sea 24 de octubre no es mera coincidencia… 🌟