Foto | Nora Zubia @slowandchic

Hace algunas semanas abrimos la veta de las semillas con un post referente a las semillas de lino. Hoy le toca el turno a las de sésamo. También ricas ricas y sanas sanas 🙂 .

Tanto el aroma como el sabor de las semillas de sésamo es suave y agradable. Existen semillas de sésamo amarillas y semillas de sésamo negras. Ambas son recomendables, aunque las negras contienen mayor cantidad de fenoles, por lo que, combaten mejor el cáncer. Así pues, efectivamente, estamos ante otra joya alimenticia con excelentes propiedades anticáncer y muy útiles en la prevención de tumores hormonodependientes.

Veamos sus beneficios:

• Contienen omega 3 y omega 6. El omega 6 prevalece sobre el omega 3, por lo que no debemos abusar de ellas. Por este motivo, si de lino os aconsejábamos el consumo de dos cucharadas al día, de sésamo con una es suficiente.
• Contienen calcio. Sobre 900mg/100 gr. Así que sí, ¡mucho calcio! Y por supuesto más que la leche de vaca que suele tener 163mg/100 gr. Este alto contenido en calcio las convierte en un aliado perfecto para prevenir la osteoporosis.
• Contienen vitamina E, hierro, potasio, cobre, magnesio y vitamina B3. Son un potente antioxidante.
• Contienen lignanos. Dignos guerreros en batallas contra el cáncer. Junto con las semillas de lino, de chía, el brócoli y la col, son la mayor fuente de lignanos que la naturaleza nos brinda. Su papel es el de prevenir el envejecimiento de las células y con ello impedir la aparición de mutaciones que puedan desembocar en el dichoso cáncer. También consiguen inhibir la capacidad de los tumores a formar nuevos vasos y que con ello el cáncer se expanda por nuestro cuerpo. A esto hay que sumarle el talento que tienen de frenar el crecimiento de los tumores, forzando a las células cancerígenas a suicidarse. Inhiben principalmente la expansión de células cancerosas de pulmón, de mama, de colon, de próstata, de páncreas, de leucemia y de mieloma múltiple.
• Actúan como fitoestrógenos. De ahí que tengan capacidad para regular el nivel de estrógenos en sangre y, por tanto, prevengan el cáncer de mama.
• Disminuyen los niveles de colesterol LDL en sangre. Es decir, ayudan a reducir los índices del “colesterol malo”.

Consejos de consumo:

• Crudas y molidas. Al igual que las de lino, os aconsejamos que las compréis al natural y que las moláis vosotros en casa. Podéis molerlas al momento de consumirlas o moler más cantidad y guardarlas en la nevera en un bote de cristal. Recordad que a partir del tercer día de molidas pierden propiedades. Así que, no moláis grandes cantidades.
• El sésamo combinado con legumbres o cereales integrales da como resultado unas proteínas excelentes y muy completas. Por eso, el hummus es una de nuestras recetas favoritas 🙂 .
• El sésamo también se presenta en forma de aceite. Si es un aceite de calidad, también puede ser una opción muy buena.