
No es raro ver como a madres que se plantean “cambiar las bases de alimentación” de sus hijos les entra la duda existencial, sobre si, cambiando determinados hábitos, sus hijos seguirán estando igual de bien nutridos. Y es que la industria nos ha machacado y bombardeado tanto con esto, que al final, hemos seguido sin más sus mandatos. Que si su primer yogur, que si sus primeros cereales, que si, que si… Y entonces es cuando muchas nos planteamos -sí, a nosotras nos ocurrió también en su día-, que, si empezamos a ir a contracorriente, la salud de nuestros hijos estará a salvo. La sorpresa -o más bien, ¡sorpresón!- es que efectivamente, su salud va a estar a salvo. Más que nunca, de hecho. Retomar la alimentación más natural y dejar de lado la comida precocinada, la bollería, los azúcares innecesarios, le da al organismo de los peques un empuje total y absoluto en cuestiones de salud. Lo contamos así de claro y así de alto porque nosotras hemos vivido en nuestras propias carnes este proceso. Os lo hemos dicho tantas veces ya…. Pasamos del kiwi con azúcar, al kiwi sin azúcar, de las cenas a base de cosas rápidas y precocinadas, a las cenas a base de quinoa y cremas de verduras. Y el cambio fue pasmoso. El pediatra ahora nos echa de menos. Antes, soñaba con nosotras. Con esto, lo hemos dicho todo.
Pero claro, nosotras no somos especialistas en temas de nutrición. Por eso, hemos invitado a Victoria Lozada. ¿Quién es Victoria? Sigue leyendo →