Foto | Nora Zubia @slowandchic
Parece que últimamente este diagnóstico “tengo el hierro por los suelos” me persigue. Y no precisamente por padecerlo yo. Ni siquiera mi socia. Ni siquiera nuestra Nora. Pero si personas con presencia en mi vida. Presencia con mayor o menor intensidad, pero presencia importante -ya sea de un modo, ya sea de otro- a fin de cuentas. Y ya os adelanto que, si de motu propio no leen este post, me encargaré personalmente de que lo lean, aunque para ello me tilden de pesada. ¡Jejeje! Y es que estas personas me han inspirado para este post. Y me han hecho re-pensar en lo importante que es tener el hierro bien, estar fuertes de verdad, y no padecer anemias ferropénicas (suelen ir de la mano con algunos/todos estos síntomas: debilidad, falta de energía, pérdida de peso y dolores de cabeza). Y esto, también puede ser el pan nuestro de cada día cuando el cáncer irrumpe en nuestras vidas. Así que, vamos a ver que es el hierro, que tipos hay, como lo absorbemos y que alimentos contribuyen a que mi hierro esté en estado óptimo y, ya de paso, algún que otro consejillo más. Al lío. Sigue leyendo