Foto | Nora Zubia @noriisima
Apostamos a que a más de uno os sonará lo del jengibre por unas famosas galletas de jengibre que venden (o vendían) en Ikea. A una servidora le encantaban. De hecho, cualquier visita a Ikea era una buena excusa para comprarlas… ¡Lo qué ha llovido desde entonces!
Pues bien, el jengibre es otras de esas especias tan recurrentes en la cocina india. Su consumo en esta cocina se remonta a más de dos mil años de antigüedad, tiempo durante el que además se le han dado múltiples usos medicinales.
Es un aliado perfecto para nuestra salud. Sobre todo si tenemos cáncer, puesto que es un antioxidante y antiinflamatorio muy potente: es capaz de forzar la apoptosis (muerte celular de las células cancerígenas) y de impedir que se formen nuevos vasos sanguíneos que permiten que los tumores crezcan. Incluso existen estudios varios que demuestran su eficacia: por un lado, evita que las células se vuelvan resistentes a la quimioterapia. Lo que significa que es muy recomendable consumirlo si estamos con tratamiento de quimio, pues ayudará a que la cosa funcione mucho mejor. Por otro lado, es especialmente eficaz en la lucha contra el cáncer de ovario y de próstata, inhibiendo incluso su crecimiento y progresión.
Esta joya esconde más ases bajo su manga: facilita las digestiones, alivia los malestares estomacales y los periodos de diarrea y de náuseas. Esto último suele estar presente en los tratamientos con quimioterapia. Son efectos secundarios recurrentes en la mayoría de pacientes. Así que, caminantes, anotadlo en rojo: el jengibre ayuda a prevenir y paliar las náuseas y los vómitos asociados a la quimio.
Por encima de todo, su versatilidad es enorme, puesto que se puede utilizar tanto en la preparación de alimentos como en la preparación de bebidas: se puede añadir a las cremas de verduras, a los bizcochos, a las galletas, a los zumos, a las infusiones…
Para muestra un botón. Aquí tenéis una receta de una infusión de la doctora Odile Fernández. Es perfecta para tratar los vómitos asociados a la quimioterapia:
- Hervimos un litro de agua mineral o de agua filtrada.
- Añadimos un trozo de jengibre de unos cinco centímetros cortado en láminas.
- Agregamos un palo de canela y la piel de una manzana, si es roja, ¡tanto mejor!
- Hervimos todo durante 5 minutos.
- Infusionamos durante otros 5 minutos y ¡listo!
Racionad su consumo durante todo el día, si tenéis vómitos veréis ¡cómo notáis mejorías! 🙂
Nota importante: el jengibre «sube» nuestra temperatura corporal, por eso debemos evitarlo cuando tengamos fiebre.
El jengibre y la stevia me ayudo a dejar de fumar, cuando estaba muy desestepada una infusión stevia y un trozo de genjibre desidratado, y pensando el beneficio que me hacia a mi salud, no fue sencillo pero si te lo propones los consigues y después estás mas contenta que unas castañuelas, yo fumaba desde los diciocho años y ahora tengo 60 y casi un año sin fumar y sin engordar ni un kilo.
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Felicidades Carmen! Otro ejemplo más de que queriendo, se pueden conseguir muchas cosas! Eres toda una guerrera:)
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