Foto | Nora Zubia @slowandchic
Sin conocimiento no podemos sumar. Si no sumamos no estamos jugando todas las cartas. Ni en prevenir. Ni en tratar. Ni en curar. Por eso, sea cual sea nuestro objetivo, e independientemente de nuestro estado de salud actual, es importante aprender y comprender lo que a nuestro cuerpo le sucede. La verdad es que esta idea la solemos subir a la palestra en innumerables ocasiones en Jaque. Y no nos repetimos así porque nos falle la memoria y pensemos que nunca os lo hemos dicho. No 😉. Lo hacemos porque nos gustaría que dicha idea calase bien hondo en todos, y, en cuantos más mejor. Y es que estamos convencidas de que este entendimiento es crucial en cualquier buen camino que se precie, independientemente de sus características. Ni estar sano es excusa para no aprender y no sumar. Ni estar enfermo es excusa para tirar la toalla en el peor de los casos, o ignorar lo que nos sucede, en muchísimos casos.
Entremos pues en materia. Recordemos primero a la inflamación y aprendamos un poco más sobre ella. La inflamación es una de las cosas que al cáncer más le chiflan. ¿Os acordáis? Es una baza casi segura en muchos entornos pro cáncer. Maticemos, no obstante, que no nos referimos a una inflamación puntual, la que puede surgir tras un golpe, por ejemplo, sino a una inflamación persistente en el tiempo. O, dicho de otro modo, a una inflamación crónica. Si bien es cierto que existen medicamentos para tratar este tipo de inflamaciones, ¿no sería mucho mejor ir a la raíz del problema? ¿No sería mucho mejor evitar de antemano la inflamación para así no tener que recurrir a los medicamentos? Evidentemente, hay casos y casos, y momentos y momentos, y habrá veces que no se consiga, pero habrá otras veces que sí, y que incluso se pueda evitar.
No hace mucho os pasábamos un listado de los alimentos antiinflamatorios más potentes que hay en este post. Hoy el listado será sobre los alimentos más inflamatorios que hay.
Caminantes, hay que compensar y hay que ser lógicos: de nada sirve que tome kilos de jengibre, cúrcuma y remolacha si también tomo kilos de cosas azucaradas y litros de leche de ganadería convencional. La magia no existe. Los milagros tampoco.
Allá va esa lista:
- Los aceites refinados: de oliva (sí, no lo olvidéis, consumid siempre el virgen extra, incluso para cocinar), de girasol, de palma y de soja.
- Las grasas o aceites hidrogenadas (o parcialmente hidrogenadas).
- Las margarinas.
- La carne. La carne roja primero, la blanca después.
- Los quesos. Los más grasos principalmente. Los frescos siempre producirán menos inflamación.
- La leche de ganadería convencional.
- Los cereales refinados. Apostad siempre por cereales integrales.
- Las golosinas, chicles y demás historias.
- Los bollos, pasteles y galletas industriales.
- El azúcar y los endulzantes artificiales.
¡Pongámoselo difícil al cáncer! ¡No le facilitemos el camino!
Y recordad que, sabiendo este tipo de cosas, tenemos la capacidad de decidir. ¡Sed dueños de vuestros caminos. Sed dueños de vuestras Vidas!
Buenos días, y cuales son antiflamatorios que podemos tomar para ayudarnos?
Verduras, frutas etc?
Gracias.
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Buenos días Merce. Te dejamos el link a un post 😉 https://jaquealcancer.com/2018/03/19/alimentos-antiinflamatorios/ Un abrazo grande.
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