Foto | Nora Zubia @slowandchic
El cáncer acarrea un sinfín de efectos secundarios. ¡Qué os vamos a contar! ¿Verdad caminantes? Y por aquí ya han pasado unos cuantos: náuseas, vómitos, ansiedad, linfedema, síndrome de pies y manos, pérdida del deseo sexual…
Hoy abordamos uno tan simple como complejo. Tan bien llevadero o tan mal llevadero: el sueño y sus alteraciones. Y es que, cuando uno está preocupado, es normal que esa preocupación frustre nuestro descanso diario. Y claro está, el cáncer, por muy fuertes y valientes que seamos, implica cientos de preocupaciones.
Hablamos de alteración del sueño (insomnio en muchos casos) cuando no conseguimos conciliar el sueño o cuando no conseguimos dormir del tirón. El hecho de no descansar lo suficiente durante toda la noche, nos ocasionará cansancio diurno y falta de energía, malos humores, falta de concentración, dolores de cabeza y hasta ansiedad o depresión. Vamos, que, como diría “la Mitre”, entraríamos en bucle. Seguramente todos en algún momento de nuestra vida hemos pasado por alguna etapa así. Más larga, o más corta, en días puntuales o no, pero está en nuestro bagaje personal. Esta alteración del sueño puede verse desencadenada por un montón de factores:
- Un problema hormonal
- Un cambio de medicación
- Calor o frío en exceso
- Ruidos
- Luz
- Un ambiente inadecuado
- Falta de movimiento y ejercicio físico
- Estrés
- Preocupaciones
Supongamos que tenemos por delante un año de tratamientos, entre quimio y radio… ¿Os imagináis estar durante un año en ese bucle arriba mencionado? Sería terrible. Nuestra calidad de vida se iría al garete sin más. Sabemos que más de uno habrá por aquí inmerso en ese bucle (por cáncer o quizás por alguna otra cosa). Así que, vamos a pincelar algunas cosillas que nos pueden ayudar a salir del mismo, no sin antes señalar que este tema debe tratarse e intentar solucionarse desde el principio, cuanto más tardemos en tomar cartas en el asunto, más arraigado estará y más complejo será resolverlo:
- Identificar la causa del problema. ¿Soy consciente de lo qué me pasa? ¿Tengo identificada mi angustia o preocupación? Situarse y tener las cosas claras, por tonto que parezca, es imprescindible para salir del atolladero.
- Practicar ejercicio físico. Si no me canso físicamente, es lógico que luego no tenga sueño suficiente. ¡Pero ojo! Mejor evitar su práctica unas horas antes de irnos a dormir.
- Seguir una rutina, incluso siendo adultos, debemos seguir unas pautas más o menos establecidas en cuanto a horarios se refiere. No pretendamos irnos un día a la cama a la 1 am y al día siguiente a las 9 pm.
- Procurar acostarnos siempre no más tarde de las 11 pm. Esto os lo explicábamos muy bien ya hace tiempo en este post.
- Prepararnos una infusión relajante -que nos habrán recomendado y preparado con alguna mezcla de hierbas en nuestro herbolario de confianza, ¡como a nosotras en alguna ocasión! – y tomárnosla antes de irnos a la cama. ¡Hay verdaderas maravillas al respecto!
- Probar con sesiones de acupuntura. Damos fe de que funciona. Aquí hablábamos sobre ella, y recordad, ¡siempre con profesionales de verdad!
- Echar mano de los aceites esenciales. Este es un mundo en el que nos adentramos sutilmente en este post, y un mundo en el que esperamos poder profundizar mucho más en breve. Mientras, os adelantamos que el aceite esencial de lavanda es, entre otras muchas cosas, relajante. Vamos, que puede ser un buen aliado a la hora de conciliar correctamente el sueño.
- Utilizar medicación específica. Sinceramente, es lo que menos aconsejamos nosotras. Al menos no como primera opción. Mejor quemar antes el resto de cartuchos y si así no lo conseguimos, entonces sí, habría que decantarse por esta alternativa. Siempre, siempre, siempre bajo prescripción médica y con un seguimiento muy controlado al respecto. Tomar pastillas para dormir no es una acción cualquiera.
***Ojo al dato***
Hay estudios que demuestran la gran importancia de dormir bien en pacientes con cáncer. Es más, parece que los malos hábitos del sueño pueden llegar a influir en el riesgo de recurrencia del cáncer. Y es que, recordad que mientras dormimos nuestro cerebro produce una hormona llamada melatonina. Esta hormona estimula a nuestro sistema inmunológico, y eso, ya sabemos lo relevante que es. Y es que caminantes, en muchas ocasiones, al final, todo está relacionado.
¡Por cierto! ¿Ya os ha llegado el calendario? ¿Os apetece enviarnos una foto del lugar que ha ocupado en vuestra casa, oficina, tienda, etc.? ¿Os gustaría qué la compartiésemos con el resto de caminantes? Si os animáis, nos la podéis hacer llegar por mensaje privado en Instagram (que por cierto, estamos sorteando un calendario en esta red social, localizad la foto publicada el martes por la noche 😉 ), por mensaje privado en Facebook, o por mail jaquealcancer@gmail.com. O incluso, podéis subirla vosotros a vuestros perfiles y nos etiquetáis y listo. ¡Venga! ¿Quién se anima?
Buenos días Jaque!!
Como me suena ésto del sueño!! Yo ya tenía problemas con el sueño, pero a raíz de sufrir el cáncer, pues sigo con ello, y al final tuve que recurrir a la pastilla!! Siempre aconsejada por mi médico!! No me gusta, pero no me queda otra, amen de haber probado de todo.
He recibido el calendario, gracias!!
Espero mandaros una foto!! Asad unas buenas navidades, cómo yo, pasada itv. Y todo ok!! Gracias!!! Muchos besos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Buenos días Ana!!! A veces, como bien comentas, no queda otro remedio que recurrir a esas pastillitas, ¡qué le vamos a hacer! El caso es tomarlas con conciencia y según pautas médicas 😉 Qué bien que ya te haya llegado el calendario, mándanos foto! Nos hará mucha ilusión recibirla. Ah! Y un OLE bien grande por esa ITV superada, bravo Magnifica!!! Felices fiestas también para ti. Un abrazo inmenso.
Me gustaMe gusta
Pingback: RECOPILACIÓN EFECTOS SECUNDARIOS | Jaque al Cáncer