5 GRANDES SIN PELOS EN LA LENGUA

CHICAS LÍBIDOOs lo adelantábamos el lunes. Os decíamos que el post Vida sexual y pérdida de líbido tendría segunda parte. Y nunca una segunda parte ha sido tan buena.

¿Sabéis una cosa? Que hoy nos sentimos especialmente agradecidas ante la aceptación a la comprometida petición que le planteamos a estas 5 mujeres que lidian o han tenido que lidiar con el cáncer de mama. Siempre agradecemos infinitamente todas las colaboraciones desinteresadas que nuestros invitados nos brindan. Porque es de agradecer que las personas acepten pasarse por aquí sin recibir nada a cambio para compartir experiencias, conocimientos y tiempo con todos nosotros… Pero el reto de hoy era mayúsculo. El tema era difícil de plantear y complejo de resolver. Pero ellas dejaron a un lado sus miedos, sus vergüenzas, su temor a airear en cierto modo su intimidad, y dijeron Sí. Una muestra, sin duda alguna, de bondad y de empatía, de querer ayudar incluso a quien no conocen. Y en esta vida, y con los tiempos que corren… ¡eso es impagable!

Caminantes, ya lo sabéis, la vida sexual no entiende de estados de salud, y el tener o haber tenido cáncer no nos excluye de seguir disfrutando de esta parcela de nuestra vida. Y ojo, que tampoco entiende de edades. Y en este grupo de mujeres, encontraréis diferentes rangos de edades. Nos queda pendiente el asunto cuando no hay pareja de por medio. No todos tenemos porque tener pareja y no tener pareja estable no obvia la relevancia del asunto. Prometemos una tercera parte con este otro planteamiento. ¿Algún voluntario o voluntaria en la sala? Escribidnos a jaquealcancer@gmail.com 🙂 .

Bueno, y ahora… ¿estáis listos? ¡Pues vamos que nos vamos!

Caminantes, ojalá y los que os cuentan estas 5 Grandes os pueda ayudar de algún modo.

Ana. 34 años.

Mi nombre es Ana, cuento 34 primaveras y hace 8 meses fui diagnosticada de cáncer de mama.

Cuando el equipo de Jaque al Cáncer contactó conmigo para hablar de este tema inicialmente me alegré. Les sigo en las redes sociales desde el inicio de mi enfermedad y me sentía muy afortunada de que quisieran contar conmigo para este post. Pero no os engaño, luego me inundó la vergüenza porque es un tema algo delicado. Pensándolo pausadamente y hablándolo con mi pareja, pensé que la esfera sexual, desde un punto de vista integrador, es algo más de lo que no hay por qué olvidarse.

ANA

Cuando te diagnostican cáncer ves tu vida amenazada y tu orden de prioridades se altera por completo. Se te amontonan las preguntas en la cabeza y no entiendes nada. Ese bloqueo inicial también afectó a mi vida sexual. Además, perdería el pelo y posteriormente mi mama derecha. Me cuestionaba cómo podía resultar atractiva de esa guisa. Ni el mejor de los picardías taparía estos “defectillos”. Me sentía lo menos sexy del mundo y eso que aún no había ocurrido nada.

Después del primer ciclo de quimio decidí raparme para evitar quedarme con mechones en la mano. Al contrario de lo que me había imaginado, me vi bien, incluso femenina, y el bloqueo inicial desapareció. Es más, el rollo teniente O’neil no estaba nada mal.

El otro momento complicado fue con la mastectomía. Además de que la libido va en descenso con los tratamientos, que te salgan dos tubos del costado no es algo que ayude.

Para mí fue clave poder hablar del tema con mi pareja. Recuerdo que le decía que quizás, cuando los drenajes no estuvieran, utilizaría una camiseta o un sujetador mono para verme mejor. Hasta el momento prefería las ocasiones en las que estaba con las cejas pintadas. Parece algo absurdo, pero, si tú no te sientes bien, difícilmente puedes dejarte llevar. ¿Que te ves mejor con peluca?, ¿por qué no ponértela si te hace sentir más segura? ¿Qué prefieres al natural, sin azúcares añadidos?, pues oye, como cada una se encuentre más cómoda.

Llegó el momento de pasar esa nueva barrera, tras la mastectomía, y al final me olvidé de adornos. Creo que un peso importante recae sobre el otro. ¡Con esto no digo que tengas que echarle la culpa a tu pareja si la cosa no va bien! Pero pienso que es fundamental que, además de que respete tus tiempos, te haga sentir NORMAL, que sigues siendo la misma persona con o sin pelo, con una o dos tetas, más cansada de lo normal, pero que sigues siendo tú; que os podéis reír juntos de todo (el humor no puede faltar); que no importa que no salga como en las películas, que para eso ya están los actores y en la vida real no interpretamos ningún papel; y que, aunque se haya perdido la sensibilidad en la zona de la intervención, sigue siendo parte de tu cuerpo, que no lo olvide.

Cierto es que tuve que poner de mi parte. Parece que ningún momento es bueno. Pero como con el deporte. Hay días que te mueres de pereza. Pero qué satisfecho estás luego cuando lo realizas, ¿no? Pues creo que para el sexo es algo parecido.

Hace unos días tan solo que he iniciado la hormonoterapia. Dicen que el deseo sexual disminuye, que se produce sequedad vaginal… Quizás se nos ponga por delante la tercera barrera del camino, pero, como con el resto de cosas en la vida, con voluntad seguro que todo sale bien.

Raquel. 37 años.

El sexo…. ese tema aún bastante tabú, pero cuan importante es en una pareja ¿verdad?

Sexo y cáncer… no suena a buena combinación ¿a qué no?

Soy Raquel, diagnosticada de cáncer de mama en septiembre de 2016, justo cuando cumplía 36 años y mis peques tenían 5 y 1.

El cáncer pone muchas cosas, por no decir todo, patas arriba y el sexo no iba a ser menos. Tengo que decir que en general no se ha portado nada mal conmigo, he tenido buena tolerancia a los tratamientos, cosa que ha hecho que esta convivencia obligada sea más fácil y llevadera.

También lo ha sido en el sexo. Cuando tienes a un visitante así creo que el sexo se queda en el fondo más  hondo y oscuro del armario porque te quedas rota. A medida que todo va pasando y se «normaliza» la enfermedad y tu vida es más o menos «normal» vuelves a disfrutarlo también, al menos en mi caso.

RAQUELPara ello ha sido fundamental mi pareja. Él ha sido el primero en respetar mis tiempos, en seguir asaltándome cuando menos me lo espero, en no perder esa conexión que tenemos, en dejar de lado el hecho de quedarme sin pelo o de tener un pecho prestado, deformado y sin sensibilidad, en entender que mi energía no era la misma, que mis ganas estaban ahí en ese fondo del armario, que ha habido muchos días malos, de encontrarme mal, de tener que separarme de mis hijas por voluntad del cáncer, de seguir buscando la manera ahora que el tratamiento antihormonal me tiene menopáusica con 37 y me produce sequedad vaginal complicándolo un poco, y que todo eso afecta al ánimo, la libido. Esa que muchas veces pensaba que había perdido, y aún no he acabado de encontrar.

Supongo que poco a poco volverá, igual que poco a poco he ido aceptando mi nuevo cuerpo. Como ya he dicho primero fue la caída del pelo. No es fácil ver como te cae a mechones y te deja cuatro pelillos mal puestos en la cabeza. Hace que pierdas parte de tu feminidad, es inevitable pensar (en mi caso que tengo pareja): «¿me seguirá viendo atractiva, le seguiré gustando igual?». Al final te aceptas y como siempre he dicho: «el pelo es pelo, y volverá a crecer». Y así ha sido, de manera que no hay que atormentarse por ello.

Luego viene cuando te quitan un pecho. Sigo diciendo que soy de las suertudas, ya que pude conservar la piel y el pezón, con lo que no tuve que enfrentarme a esa cicatriz atravesándome el pectoral. No he dejado de tener dos pechos aunque uno estuviera deformado, sin sensibilidad y achicharrado, pero pecho al fin y al cabo, así que ayuda a seguir viéndote mujer físicamente entera.

Así que si lo juntamos todo (no he dejado de sentirme querida y no he sentido tan dañada mi autoestima) puedo decir que he disfrutado del sexo, sí, ahora que lo escribo me doy más cuenta de que ha sido así. En menor medida evidentemente, básicamente porque los tratamientos te dejan fuera de juego, pero sí.

Soy de las que piensan que la mente es muy poderosa y que si se quiere se puede. Así que si tú estás pasando por esto, no te dejes arrastrar, eres más fuerte de lo que piensas. Y déjate querer, esos momentos de intimidad son también muy importantes, hacen que tu autoestima, que tan tocada se ve, suba, que sigas sintiéndote querida, dejarse llevar y perderse bajo las sábanas reconforta y no nos vamos a engañar… hay que seguir disfrutando a pesar del cáncer, no dejes que también te arrebate esos momentos.

Charo. 53 años.

A mí me diagnosticaron el cáncer de mama con 40 años, tengo dos hijos que en aquella época tenían 6 y 3 años, casada y con un trabajo de administración. Me operaron tres veces seguidas, la primera para quitarme el bulto que según la mamografía y la ecografía no parecía cáncer, la segunda con la confirmación de que era canceroso para limpiar al máximo la zona e intentar salvar el pecho y la tercera para hacer una mastectomía radical del pecho derecho porque era lo más aconsejable.

En esta etapa el sexo para mí y mi marido pasó a ser algo secundario, lógicamente, después de las operaciones tuve tratamiento de quimioterapia y radioterapia y luego el famoso tamoxifeno durante cinco años.

Poco a poco y después de un tiempo, no sé siete u ocho meses, volví a tener relaciones sexuales con normalidad, aunque yo me veía fatal y mutilada mi marido no le dio mayor importancia y seguimos como siempre, bueno igual igual no, a mí me apetecía menos pero intentaba tener una vida más o menos normal.

CHAROAl año de haber terminado todos los tratamientos decidí reconstruirme el pecho, lo necesitaba para poder seguir con mi vida. Entonces tuve otro parón a nivel de sexo por la operación y la recuperación. A partir de mi recuperación yo creo que volví a la normalidad en mi vida sexual, igual que antes del cáncer, no necesité terapia psicológica, pero ahora mirando atrás me hubiera gustado hablar con algún profesional, creo que me hubiera ido muy bien y lo aconsejaría a cualquier mujer que pase por lo mismo que yo.

Después de seis años sin cáncer, el monstruo volvió, tuve una recaída del mismo cáncer con metástasis en la pleura, justo cuando dejé de tomar tamoxifeno, 5 años como era el protocolo, creo que ahora se ha alargado más años. Y vuelta a empezar, esta vez solo quimioterapia, conseguimos cronificar la enfermedad y ahora llevo 7 años con tratamientos varios, 6 años con Avastin con unas sesiones de radioterapia en la pleura por medio, y ahora que el Avastin ya no funciona, me ponen Faxlodex, ya llevo un año.

En estos últimos años con tanto tratamiento de anti estrógenos, pues mi libido ha caído en picado y mis relaciones sexuales también.

Y así llevo 13 años conviviendo con el cáncer, espero que os haya podido ayudar un poco mi relato.

Montse. 48 años.

Mi nombre es Montse, tengo 48 años. En 2015 me detectaron mi segundo cáncer de mama. Fue un duro golpe. Como para todas. Pero cuando tienes que pasarlo por segunda vez, los miedos aumentan. Sabes dónde vas. Sabes que va a afectar a toda tu vida: personal, profesional, familiar, … En las consultas de oncología te informan claramente de los tratamientos, los efectos secundarios inmediatos: cansancio, pérdida de pelo, molestias físicas y un sinfín de consecuencias que vas a tener que ir pasando a lo largo de los meses, tanto de quimioterapia, radioterapia, cirugía, como en el periodo de recuperación posterior. Pero lo que jamás te informan es de las consecuencias que puede tener en tu vida sexual. Es lógico que, en un primer momento de la lucha contra la enfermedad, este tema sea secundario. ¡Lo primero es salvar la vida!

MONTSEPero, una vez pasa lo peor, vas superando la enfermedad, recuperas la ilusión, te das cuenta de que algo se ha perdido. Ese algo es tu vida sexual. El deseo te abandonó al mismo tiempo que tu cuerpo se llenaba de tóxicos para acabar con el cáncer. Tu pareja, asustada, tampoco encuentra la manera de acercarse a ti. Te sientes mutilada, tanto física como emocionalmente y crees que la enfermedad se ha llevado también esa parte de tu vida. Es algo que te afecta mucho y que ningún médico te comenta. Es como una especie de tabú: hablar abiertamente de sexo en mujeres enfermas de cáncer. Muchas veces, pienso que es una cuestión de género y una cuestión cultural. Yo personalmente, acudí a mi ginecólogo, una persona de mi absoluta confianza. Me comentó los efectos que tanto los tratamientos como la medicación hormonal, tenían tanto sobre la libido como sobre el cuerpo de la mujer, como son la sequedad vaginal, atrofia, etc. A la consulta acudimos mi marido y yo, ambos preocupados por recuperar nuestra vida íntima. También nos aconsejó acudir a un sexólogo para ayudarnos en todo este proceso. La verdad es que la terapia en su consulta ha sido un apoyo fundamental, en el que hemos podido expresar nuestros sentimientos, reforzar nuestra autoestima personal y saber volver a relacionarnos como pareja. La ayuda de ambos profesionales nos ha permitido comprender, asimilar y superar los efectos secundarios que el proceso contra el cáncer, tiene en nuestra vida sexual.

Tanto mi pareja como yo, aconsejaríamos a aquellas que estuvieran en la misma circunstancia, que acudieran a los profesionales. Son personas con la formación adecuada para ayudarnos en este proceso que simplemente llamamos, vida después del cáncer.

Ariadna. 39 años.

Os comento que mi relación con mi actual pareja comenzó en el proceso de la radioterapia, con el pelo kiwi recién salido… fue un momento de liberación pues se ponía fin al tratamiento y se decía adiós al cáncer, y aun tomando tamoxifeno no considero que me afectara en nada el deseo sexual. Él ya me conoció teniendo un pecho menos, mastectomía radical, pero tanto a él como a mi nos costó más aceptar la operación del otro pecho por prevención, quedándome con dos pechos operados y sin pezones. A mi me costó mucho sentirme bien físicamente, me costaba mirarme al espejo… ir a la playa me costó un año… pues no podía ver a las mujeres felices con sus pechos y pensaba que todo el mundo se iba a dar cuenta de mis prótesis.

ARIADNACuando ya lo teníamos aceptado, y realmente éramos felices, me diagnostican metástasis, dos años después. Metástasis en pulmón, huesos y esternón. Esta noticia sí que hizo tambalear mi relación a nivel emocional, no todo el mundo encaja las noticias de igual forma ni al mismo tiempo… y el sexo pasa a otro plano menos importante. El sexo es un intercambio de energías, y en muchos procesos, sobre todo durante la quimioterapia, que no tenemos ni la energía necesaria para acabar el día, mucho menos la tendremos para poderla compartir con tu pareja. Este tema lo trabajé con la psicooncóloga y en terapia de grupo: era un tema que nos preocupaba a muchas, pero del que nadie habla por el que dirán. Así comprobé que no era extraño lo que me pasaba y entonces pude empezar a hablarlo con mi pareja abiertamente y encontramos maneras de jugar distintas, aprendimos a amarnos de otra forma, y, a pesar de las heridas.

Mi consejo es tener una comunicación con la pareja fluida, en la que se busque la manera de amarse durante el proceso, teniendo en cuenta que para cada etapa podremos dar y recibir cosas diferentes. Creo que es la única forma de salir de esta cruel experiencia más fortalecidos y juntos.

Ana, Raquel, Charo, Montse y Ariadna, menuda suerte haberos tenido hoy en Jaque. Gracias, gracias y más gracias. ¡De corazón! ¡SOIS LO MÁS!

6 comentarios en “5 GRANDES SIN PELOS EN LA LENGUA

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