Foto | Nora Zubia @slowandchic
No es fácil cambiar los hábitos alimenticios de una casa. Cuesta empezar y cuesta mantenerse. Lo hemos vivido. Lo estamos viviendo. ¿Los motivos? Unos cuantos. Analicemos dos:
Por un lado, todos queremos ser súper hombres o súper mujeres que hagan de todo y sirvan para todo. Nos enfrascamos en unos ritmos de vida vertiginosos que a veces no nos dejan hueco ni para respirar. La falta de tiempo para hacer esto y aquello es siempre nuestra tarea pendiente. Y al final, ¿a qué le solemos restar tiempo para llegar a todo? Pues muchísimas, muchísimas veces, a nuestra alimentación. Confesadlo: ¿cuántos de vosotros llegáis tan cansados a casa después de una intensa jornada qué con tal de no poneros a cocinar cenáis lo que sea? Sigue leyendo