Foto | Nora Zubia @slowandchic
El cáncer acarrea un sinfín de efectos secundarios. ¡Qué os vamos a contar! ¿Verdad caminantes? Y por aquí ya han pasado unos cuantos: náuseas, vómitos, ansiedad, linfedema, síndrome de pies y manos, pérdida del deseo sexual…
Hoy abordamos uno tan simple como complejo. Tan bien llevadero o tan mal llevadero: el sueño y sus alteraciones. Y es que, cuando uno está preocupado, es normal que esa preocupación frustre nuestro descanso diario. Y claro está, el cáncer, por muy fuertes y valientes que seamos, implica cientos de preocupaciones.
Hablamos de alteración del sueño (insomnio en muchos casos) cuando no conseguimos conciliar el sueño o cuando no conseguimos dormir del tirón. El hecho de no descansar lo suficiente durante toda la noche, nos ocasionará cansancio diurno y falta de energía, malos humores, falta de concentración, dolores de cabeza y hasta ansiedad o depresión. Vamos, que, como diría “la Mitre”, entraríamos en bucle. Seguramente todos en algún momento de nuestra vida hemos pasado por alguna etapa así. Más larga, o más corta, en días puntuales o no, pero está en nuestro bagaje personal. Esta alteración del sueño puede verse desencadenada por un montón de factores: Sigue leyendo