Foto | Nora Zubia @slowandchic
Siempre os insistimos en qué apostéis por fruta y verdura de temporada en la medida de lo posible. Los motivos son muchos. Por salud por supuesto. Pero también por economía…
¿Alguna vez os habéis preguntado qué llevarán las cerezas que de repente aparecen en los establecimientos en pleno mes de diciembre? Ya sean cosechadas en nuestro país, ya sea que vienen de fuera…
¿Alguna vez habéis hecho números respecto al precio de la fruta y verdura que está de temporada y la que no lo está? Hará un par de meses, en una conversación con otras personas, en la que salió a colación la alimentación y el comer bien, y etc… alguien decía, “jo, es que todo lo bueno es carísimo”. Y puso el ejemplo de las frambuesas, apuntando lo carísimas que estaban en aquel momento. Y si, la frambuesa no es una fruta de las más baratas precisamente. Pero consumirla fuera de temporada las encarece aún más… (Una servidora ha comprado esta mañana una cajita de frambuesas bien hermosas por 1,50. ¡Sí, están de temporada!).
Tras esta introducción en plan Pepito Grillo, vayamos con el protagonista de hoy: el melón, que como podéis imaginar, si es que no lo sabéis ya, empieza su temporada y nos acompañará durante todo el verano, hasta el próximo mes de septiembre.
Lo bueno del melón no está solo en su sabor dulce y refrescante, sino también en todos esos buenos ases que guarda bajo la manga para nuestra salud. Por cierto, ¿sabíais qué pertenece a la familia del pepino, y del calabacín, y, claro está de su querida sandía? Y, ¿sabíais que hay muchas clases diferentes de melón: el de piel de sapo, el cantalupo, el galia, el verde, el de oro… ?
Veamos pues que contiene el melón:
- Mucha agua. Es un excelente diurético.
- Nada de grasa.
- Poca fibra (si, en este caso, no apostéis nunca por la fibra del melón).
- Pocos hidratos de carbono.
- Vitaminas. Destacando especialmente: vitamina C, vitamina B3, B1 y B6, vitamina E.
- Minerales. Destacando especialmente: sodio, calcio, hierro, zinc, potasio y magnesio.
- Carotenos. Sobre todo, el melón naranja.
- Ácido fólico.
- Antioxidantes. Esto ya sabemos que para el cáncer es bárbaro.
En que nos puede ayudar un consumo frecuente de melón:
- Tener fuerte nuestro sistema inmune.
- Neutralizar a los dichosos radicales libres (sí, sí, esos que hacen piña y todos juntos atacan sin piedad a nuestras «células buenas»).
- Contribuir en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Es muy beneficioso para las personas que padecen hipertensión.
- Ayudar a mantener en buen estado nuestra piel, nuestro cabello y nuestra vista.
- Aportar su granito de arena a personas con reuma y gota (dado su poder diurético y desintoxicante).
El truco del almendruco, ¿cómo saber si un melón está maduro, dulce y rico?
- Desprende un olor suave y agradable.
- El rabito de uno de sus extremos está blandito y seco.
Pues eso. ¡Todos a comer melón los próximos meses! ¡Cómo entrante, como postre o como snack entre horas!
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