
Foto | Nora Zubia @noriisima
Os voy a confesar algo que prácticamente nadie sabe porque son de esas cosas que uno se suele guardar para uno mismo. Soy bastante escrupulosa con determinadas cosas. Por ejemplo, con las toallas de los baños ajenos. Incluso en las casas de mis mejores amigas intento secarme con papel, o, en su defecto, al aire. Son de esas manías que una no puede evitar. Y ojo, no porque las toallas de mis amigas estén sucias :), sino porque a una le salen esos ramalazos y… ¡qué se le va a hacer! De niña, creo que lo era aún más. En eso salí a mi madre, no a mi padre. Aún recuerdo tardes de playa con mi hermana y mis primas, escapando de mi padre que se dedicaba a colocarse algas en la cabeza cual sombreros estrafalarios para luego intentar hacer lo mismo en nuestras cabezas. A mí –bueno, y creo que a las demás también- nos daba aquello un asco tremendo… Sigue leyendo →