Foto | Nora Zubia @slowandchic
Fuimos madres por primera vez hace ya casi ocho años. Repetimos experiencia tres años más tarde. Aunque aún no nos conocíamos por entonces, ya la vida nos había empezado a unir sin nosotras saberlo. Nuestros primogénitos compartirían tareas y amigos en un futuro no muy lejano. Hoy, pasado el tiempo, echamos la vista atrás y recordamos aquellos primeros años del trabajo más difícil de nuestras vidas con cierta mezcla de sentimientos. Cuando tu primer hijo nace te invade una sensación inmensa de felicidad. Esa sensación va acompañada de un abrumador miedo a lo desconocido: ¿sabré criarlo? ¿Lo haré bien? ¿Qué es lo mejor para mi hijo? Sigue leyendo