DE MAYOR QUIERO SER… FELIZ

DE MAYOR QUIERO SER FELIZ

De mayor quiero ser… feliz.

Y yo. ¿Tú también? ¡Seguro que sí!

Y seguro que si eres madre o padre uno de tus mayores retos será conseguir que tus hijos sean felices. Ahora y por siempre jamás.

En cualquiera de los dos casos, no debes entonces de dejar de leer este post…

Hoy os traemos una reseña de un libro muy especial. Diferente a todas las reseñas que hasta ahora os habíamos traído. No se trata de una bonita historia de superación personal, ni se trata de un libro técnico sobre el cáncer, ni tampoco es un libro de recetas. El de hoy es un libro que simplemente reúne 6 cuentos cortos enfocados a potenciar la positividad y la autoestima de los niños… y, quizás, de los no tan niños 😉. A pesar de ser cuentos enfocados a los pequeños de la casa, no nos viene nada mal pegarles un repaso a los mayores de la casa… Sigue leyendo

WONDER

WONDER
¿Lo recordáis? Al nuevo año le pedíamos FELICIDAD. Siempre. Independientemente del tramo del camino de nuestra vida que estemos atravesando.
A los Reyes Magos, les vamos a hacer otra petición, la misma con la que corona su discurso final August Pullman en la película Wonder: «sé amable siempre porque todo el mundo libra una dura batalla».
Pues si caminantes, pedimos más amabilidad en el mundo, una amabilidad que sin duda lleva de la mano a la ansiada empatía. Una amabilidad necesaria para que este mundo sea mejor. Una amabilidad necesaria para que las relaciones sociales y personales crezcan y mejoren. Una amabilidad que, sin duda alguna, nos puede hacer la vida más llevadera a todos.
Seamos amables. Incluso cuando no apetezca mucho. Incluso cuando por dentro nos hierva la sangre porque creamos que algo no es justo. Incluso cuando los malos sentimientos -si, si, todos los tenemos guardados en algún sitio y pueden aflorar cuando menos lo pensemos-, nos estén casi dominando. Al final, saldremos ganando. Tiempo al tiempo. Y ojo, amables si, ¡tontos no! Una cosa no implica la otra 😉 .
Wonder merece la pena. No solo por ese discurso final. Sino por otros tantos guiños, que seguramente, irán asomando por aquí…
Feliz noche de Reyes. Feliz fin de semana. Feliz VIDA.
(El lunes retomamos rutina. ¡Os esperamos! ¡Viva, reviva!)

ABRAZOS EMPÁTICOS

abrazos

Foto | Nora Zubia @slowandchic

Improvisando de nuevo… 🙂

¡Buenas!

El jueves por la tarde escuchamos como una madre reprendía una y otra vez -de manera un tanto brusca, utilizando frases del estilo «¿eres tonto o qué?»- a su niño de 5 años porque se había mojado un poco el pantalón. Justo después del detalle una servidora entró en Instagram y le apareció una publicación de @mamasevaalaguerra que hablaba sobre la empatía. Y entonces lo tuvimos claro… era una señal para que una vez más tocásemos el tema en Jaque  .

Y para ello os vamos a contar una anécdota. En una revisión oncológica -revisión dura, de esas en las que te dicen que los resultados de algo no son del todo positivos- de un familiar de mi socia tenían que «agendarle» una cita para una nueva prueba. Le dieron un día y una hora poco compatibles con la jornada laboral de mi socia. Así que, con toda la educación del mundo, SIMPLEMENTE PREGUNTÓ, si no había otra opción de fecha y/o hora… que si pudiera ser ese mismo día algo más temprano, ella ya apañaba el asunto. Y la respuesta del médico fue así de cortante: «esto no es una peluquería para estar pidiendo citas al antojo». Evidentemente, mi socia y su familiar, se miraron de reojo y enmudecieron. Sigue leyendo

EL PH DE UNA LÁGRIMA

velas

Foto | Nora Zubia @slowandchic

Lunes atípico de una semana rara y de puente para muchos. Nuestro post hoy es una carta que publicaba hace algunos días La Nueva España Digital y que llegaba a nuestras manos gracias a Psicooncololgía para Pacientes.

Sara Yebra Delgado es residente de medicina en Gijón y plasmó en esta carta algo que probablemente le suceda a muchas personas, pero algo que seguramente muy pocas se atrevan a reconocer y exponer de esta manera:

«Estaba desarmada, intenté recordar algo de lo que había memorizado en la carrera, busqué en mi cabeza algún esquema, alguna clase magistral y lo único que recordé haber aprendido sobre el sufrimiento fue cuál era el PH de una lágrima» . Sigue leyendo