LA MANZANA

MANZANA

Foto | Nora Zubia @slowandchic

A veces se nos van quedando por el camino de Jaque cosas tan sencillas y elementales como nuestra protagonista de hoy. Pero, imaginamos que… como la vida misma, ¿verdad? ¿Cuántas veces dejamos pasar por alto señales o detalles que a priori parecen insignificantes y en el fondo son importantes? Y no nos referimos a detalles o señales estrambóticas o del más allá -jeje- sino a una simple sonrisa de alguien… 😉

Pues eso nos ha pasado a nosotras con LA MANZANA. Esa fruta a veces un poco menospreciada, y que, sin embargo, tiene una fuerza y un poder nutritivo la mar de interesante. Esa fruta de mil variedades, texturas y sabores que lo mismo vale para enriquecer un bizcocho que una ensalada.

Para ir abriendo boca os contamos que todas las personas que tengáis o hayáis tenido cáncer de mama deberíais prestarle especial atención a la manzana. Debería formar parte de vuestro día a día. ¿Por qué?: porque las manzanas ayudan a regular los niveles de hormonas y esto, caminantes nuestros, es fundamental en este tipo de cánceres.

Además de esta capacidad, las manzanas pueden presumir de:

  • Tener capacidad para frenar el crecimiento de las células tumorales.
  • Tener capacidad para inducir el suicidio de las células tumorales.
  • Tener capacidad antioxidante.
  • Tener capacidad antiinflamatoria.

Gracias a que están:

  • Llenas de polifenoles como las catequinas o los flavonoides (entre estos últimos destaca la quercetina).
  • Cargadas de fibra pectina. Esta fibra contribuye a mantener nuestro intestino en plena forma y esto, ya sabemos que va de la mano a la hora de mantener un sistema inmune fuerte. Así que, si nuestras defensas flaquean, esta fibra les dará un buen empujón.

¿Todas las manzanas contienen la misma cantidad de propiedades?

Pues no. Las más ricas en sustancias anticancerígenas son las de piel roja o tirando a roja: las Fuji y las Jonagold. Y luego, las Reineta.

¿Debo consumir la manzana de una manera concreta?

Ideal sería comerlas crudas y siempre con piel, ya que es donde se encuentran buena parte de sus propiedades. Sin embargo, somos conscientes del uso de fertilizantes y demás historias, por lo que lo decimos con la boca pequeña. Los que tengáis la suerte de poder comer manzanas de casa, directas del árbol a la mesa, comedlas con piel, al igual que los que tengáis la suerte de consumir manzanas ecológicas -sabemos de sus precios algo prohibitivos-.

La manzana asada también es otra alternativa. Asada además es mucho más digestiva y esto es muy beneficioso para las personas cuya mucosa intestinal está dañada: algo que suele ocurrir muy a menudo durante los tratamientos con quimioterapia y radioterapia. También va muy bien así en casos de problemas estomacales como gastritis o acidez. Esta es además una buena forma de comer manzana cuando estoy en pleno tratamiento y sufro mucositis intestinal y tengo la boca echa un desastre: todo lo que como me sabe mal, me irrita y me molesta. Tal y como contaba aquí Raquel del blog Ahora que como, las manzanas asadas fueron su salvación culinaria en aquellos momentos.

           

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Un comentario en “LA MANZANA

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