Foto | Nora Zubia @slowandchic
Hoy no os vamos a hablar de etiquetados ni de ingredientes. Vamos simplemente a hacer una reflexión que quizás ayude a que alguien se replantee un poco “esta vida de sin vivir” que a veces llevamos. ¿No percibís vosotros también esa vida multitarea, multisocial, multitodo… qué se cuela en nuestros caminos? Todo se encamina a lograr hacer mil millones de cosas cada día. Queremos ser super héroes y super heroínas y estar hasta en dos lugares a la vez. Sin embargo, esto es peligroso. Porque evidentemente ni somos héroes ni heroínas y en ese intento de llegar a todo solemos sacrificar cosas que no se debieran sacrificar nunca. Y nos referimos a cosas como gestos de cariño, como de repente darle un beso a alguien o llamar a esa amiga a la que hace dos años no le escuchas la voz, pero también a cosas como perder la consciencia de estar disfrutando del día a día y… por supuesto – ¡abrimos ya la caja de los truenos! – a cosas como terminar comprando la cena ya hecha un día sí y otro también 😉. ¿A qué os suena? A algunos nos sonará más una cosa y a otros otra. Pero aquí nadie se libra. Sigue leyendo