SEMILLAS DE LINO O LINAZA

20 ENERO

Foto | Nora Zubia @noriisima

Os confesamos una cosa. Nunca hubiéramos imaginado que unos alimentos con un físico tan insignificante pudieran tener tantas propiedades beneficiosas para la salud. Estamos efectivamente hablando de las semillas. Es probable que a más de uno ya no os sorprenda esto, pues últimamente su consumo se ha puesto más de moda que nunca. Y sin embargo, ya nuestros amigos los egipcios sabían de su maravilloso poder nutritivo

Existen muchas clases de semillas. Poco a poco iremos dedicando posts a hablaros de cada una de ellas. Hoy le toca el turno a las semillas de lino o linaza.

Estas semillas pueden ser de color dorado o de color marrón. Están cargadas de fantásticas propiedades: Sigue leyendo

LA INFLAMACIÓN

28 diciembre

Foto | Nora Zubia @noriisima

Uno de los posts más importantes que hemos publicado hasta el momento, es este. Aquí os explicábamos como es el ambiente que el cáncer detesta y cómo es el ambiente qué el cáncer adora. Os dábamos una lista de once factores que siempre debemos tener en cuenta. Si nuestro organismo es afín a estos factores, estamos propiciando un entorno procáncer en toda regla. Damos por supuesto que a priori no todos estos factores serán entendidos por algunos de nuestros lectores. Por eso, vamos dedicando posts a aclarar estos puntos. Ya lo hicimos hace  tiempo con el sistema inmune o con el estrés. Hoy le toca el turno al ambiente inflamatorio provocado por un balance incorrecto de Omega 3 y Omega 6. ¿Estáis listos? ¡Vamos allá! Sigue leyendo

LA CARNE

carne 3

Foto | Nora Zubia @noriisima

Sí, somos conscientes de ello: tal vez muchos al ver de qué trata el post de hoy y ver que está encuadrado en la categoría de alimentos prohibidos os echéis las manos a la cabeza y penséis, otras pesadas más con lo de la carne, y ni tan siquiera os asoméis a la web para leerlo. Pero no por ello podíamos dejar de hablar de un tema tan importante tanto para prevenir la enfermedad como para acatarla. Y no, no es una moda. No es ir de “guays” tampoco. Mucho antes de que la OMS publicara aquel polémico informe que generó tantas reacciones y protestas, ya se sabía del poco favor que las personas nos hacemos a nosotras mismas consumiendo carne día sí día también. El asunto ha sido más que estudiado: el consumo de grandes cantidades de carne roja se ha asociado a un incremento en la posibilidad de sufrir cáncer, especialmente colorrectal, de esófago, de estómago, de próstata, de vejiga y de mama. Nos guste más, nos guste menos, el dato está ahí.

Ahondemos en el tema.

Por un lado, pensemos en la dieta qué hemos estado llevando durante años… ¿Cuánta carne a la semana consumimos? ¿Y al día? Y es que como todo, el problema no es consumir carne de vez en cuando, sino consumir carne casi a todas horas, en comidas, en cenas ¡e incluso en desayunos! Y encima, en muchas ocasiones, carne de poca calidad: ¿alguna vez al freír un filete éste os ha soltado una especie de espumilla?.. A mí sí, más de una vez. ¿Y sabéis qué es en realidad esa espumilla? Pues hormonas, antibióticos, toxinas, etc. del animal en cuestión. Vamos, dicho de otro modo, carne de muy mala calidad.

Por otro lado, tenemos que recordar que no somos animales carnívoros. Ni nuestra mandíbula, ni nuestros dientes, ni nuestro intestino son como los de los animales carnívoros. ¿Alguna vez os lo habíais planteado? No estamos preparados para asimilar y digerir la carne. Nuestro intestino es tan largo que tardamos una eternidad en desechar las proteínas cárnicas que comemos. Y esto, no puede ser bueno. Debemos asumir que somos animales omnívoros y que nuestra prioridad ha de ser la fruta y la verdura.

¿Qué es lo más destacable de la carne?:

  • Es rica en grasas saturadas y grasas trans. Grasas no saludables y asociadas con un mayor riesgo de sufrir cáncer.
  • Es tremendamente pobre en fibra. Y esto ya sabemos lo que significa, causa además de que aumente el riesgo de padecer cáncer de colon.
  • Es rica en tóxicos: pesticidas (contenido incluso mayor que en los vegetales), hormonas (utilizadas para incrementar el crecimiento de los animales) y restos de antibióticos (utilizados cuando el animal se encuentra enfermo).
  • Es inflamatoria. Ya sabemos que debemos tener mucho cuidado con los alimentos que producen inflamación porque las células cancerígenas se desenvuelven como pez en el agua en zonas inflamadas. ¿Por qué la carne es inflamatoria? Pues porque los animales suelen estar alimentados por piensos ricos en omega 6, sustancia muy inflamatoria de la que en otro post hablaremos largo y tendido.
  • Está cargada de conservantes, entre los que destacan los nitritos y los nitratos. La industria utiliza estas sustancias para disfrazar el semblante que se le queda a la carne tras matar al animal: en cuanto empiezan a pasar los días, se empieza a pudrir y su aspecto se torna medio gris medio verde y así, nadie daría un duro por ella. Sin embargo mediante todas estas sustancias consiguen «poner guapa» a la carne, con un semblante rojo que invita a su compra. El problema es que tanto los nitritos como los nitratos son potentes cancerígenos.
  • Está envasada casi siempre en plásticos que desprenden sustancias tóxicas. El bisfenol A, que está ligado con el cáncer de mama y de próstata, es uno de ellos.
  • Cuando la freímos o la preparamos a la brasa desprende sustancias cancerígenas.

¿Qué sería lo ideal?

  • Si tengo cáncer, restringir el consumo cárnico al máximo.
  • Si no tengo cáncer, consumiré carne de forma ocasional –una vez por semana-, intentando elegir las carnes menos grasas: pollo, pavo, conejo y si pudieran ser ecológicas tanto mejor. ¿A qué nos referimos con ecológicas? A animales que han sido criados en libertad y alimentados de una manera natural. Evitaré a toda costa las vísceras (hígado, riñones, sangre) pues es donde se acumulan más tóxicos, y los ahumados.

 

 

 

 

ENTORNO PROCÁNCER VERSUS ENTORNO ANTICÁNCER

Raices

Foto | Alfredo

Ya hemos explicado qué es el cáncer. Y resumiendo, ¿a qué podríamos compararlo con una semilla qué crece y echa raíces en nuestro cuerpo? Pero entonces surge la pregunta del millón: ¿Lo hace en cualquier cuerpo? ¿Tiene más tendencia a desarrollarse en unos cuerpos qué en otros? ¿Se sabe algo al respecto? Pues sí, actualmente ya sabemos mucho sobre esto y, efectivamente, tiene más tendencia a desarrollarse en unos cuerpos que en otros. Normalmente esto se debe al “entorno en el que nuestro cuerpo vive”. Porque, esta enfermedad, amigos y amigas, no se siente “a gusto” en cualquier entorno. Hay ambientes en los que le cuesta más crecer y ambientes en los que crece con una facilidad pasmosa.

¿Y cuál sería un entorno anticáncer? El entorno que se genera cuando llevamos un estilo de vida saludable: alimentación sana, hábitos de vida correctos, estado anímico óptimo, etc. Aclarar que este entorno anticáncer puede incluso ser beneficioso en distintos puntos de la enfermedad. Es decir, aunque a mí ya me hayan detectado cáncer o incluso esté en plena quimio, no significa que ya no deba tender hacia un entorno anticáncer. Todo lo contrario. Todas las pautas y consejos al respecto ayudarán a potenciar los efectos de la quimio y a disminuir los efectos secundarios de la misma. Así pues, no hay que dudarlo, sea cual sea  el punto de la enfermedad en el que nos encontremos y sea cual sea nuestro estado de salud, luchemos siempre por conseguir ese estupendo entorno anticáncer.

¿Y cuál sería un entorno procáncer? Sería un entorno en el que destacan los siguientes factores:

  1.  Un sistema inmune deprimido.
  2. Un ambiente inflamatorio provocado por un balance incorrecto de omega 3/omega 6.
  3. Unos niveles elevados de glucosa.
  4. Un exceso de radicales libres y un estrés oxidativo.
  5. Angiogénesis.
  6. Una flora intestinal alterada.
  7. Alteraciones hormonales.
  8. Tóxicos ambientales.
  9. Acidez extracelular.
  10. Estrés y emociones negativas.
  11. Carga genética.

Como vemos, salvo en el caso de la carga genética, tenemos bazas para luchar contra todos estos factores. Si sabemos de qué se alimenta el cáncer y qué propicia su aparición y proliferación, intentemos acabar con esos factores y entonces la cosa irá mucho mejor. Si le quitamos al cáncer su alimento y sus armas, estaremos impidiendo en muchos casos tanto su aparición como su crecimiento.

Iremos publicando posts que expliquen estos once factores que acabamos de mencionar con detalle. Procuraremos hacerlo de un modo sencillo y conciso.

Así pues, el camino sigue, ¿continúas con nosotros? 🙂