Fotos | Las chicas del «cable»

Montaje | Nora Zubia @slowandchic

Suena el despertador. Lo apago. Y… ¡a la media hora vuelvo a reaccionar! ¡Mierda! ¡Con todo lo que tengo que hacer hoy! Y mientras me levanto, me despejo cara y me pongo gafas, bata y zapatillas, empiezo a repasar mentalmente la lista de tareas añadidas… a las ya presupuestas cada día: “ir a la frutería, cocer legumbres, preparar las hamburguesas de garbanzos para la cena, tutoría con los profes, dentista con la peque, comprar un mapa político, entregar el informe mensual de X, escribir un artículo sobre X y decidir la publicación de hoy de Jaque, que lo que teníamos programado se nos ha caído”… Y encima, ¡llueve! ¡Y tengo frío! Y mal cuerpo… ¡no he descansado nada bien!

Me siento delante del ordenador. Y no sé por donde empezar. Con esa media hora de sueño que gané, perdí la delantera en este ajetreo de día. Parece que hoy no va a ser mi día… la inspiración escasea y el agobio florece. Mala señal.

Mientras intento centrarme y el ordenador despierta, entro en Instagram de Jaque a dar una vuelta. Contesto algún  comentario que ha quedado pendiente del día anterior y empiezo a echar un vistazo a las publicaciones de las personas a las que seguimos.

Y entonces veo a @mepidolavida , siempre llena de dulce brío, hablándonos sobre la Fuerza mediante su increíble abecedario de la vida. Veo alguna que otra receta, sencilla, sana y apetecible de tres lindas: la serena @nuriamartrat,  la mágica @ahoraquecomo y  la repartidora oficial de sonrisas @veganafeliz.

(A mi ordenador le ha dado por actualizarse y reiniciarse justo hoy, así que sigo móvil en mano).

También veo el coraje que desprende @hechoconilusion siempre activa con sus alucinantes pulseras hechas a mano, o la admirable rebeldía de @vencer_cancermamametastasico, quien además se reinventa cada día (¡hurra por esas tardes creativas y esas bolitas de lino y coco!). Veo a la últimamente más ausente, pero igualmente presente @rechito , tan ochentera y con esa chispa tan especial, y a la querida @aveya_ana con su bonita naturalidad y sus zapatillas en mano.

Veo a @mirella_lopez_diaz con su ilusionante y admirable ahínco, siempre apostando por las iniciativas solidarias y a ese torbellino de aire fresco y matizada diversión, siempre tan necesarios, que @elcrepdemivida suele transmitir.

(El ordenador ya está. Pero he entrado en bucle, como diría «La  Mitre» , y no puedo parar)

Luego veo una estampa que me hipnotiza (sus fotos tienen un no sé qué, qué sé yo) de la siempre elocuente @mi_punto_seguido. Veo a la genuina y decidida @nosolounlazo hablando claro y sin pestañear. Y veo a dos grandes y geniales viajeras, @merilaion, que siempre me transmite paz, y a @charofenix, auténtica donde las haya.

(Mi mal humor empieza a controlarse. Mi agobio comienza a aplacarse…)

Sigo y veo una publicación de la cercana, original y sorprendente @cancer.vs.bravegirl. Tan sorprendente como la rebelde con causa @mamasevaalaguerra, quien en más de una ocasión muda me ha dejado con sus palabras del alma.

Y acabo con la cariñosísima @chesamon -sus muestras de cariño siempre andan pululando por todo «el cable» y con uno de nuestros más recientes descubrimientos, el de la sencilla e interesante cesta de mimbre de la familiar @unpocodecanela.

(Chimpún.  Aparco el móvil)

Antes de al fin ponerme manos a la obra, me doy cuenta de varias cosas… Que mi malhumor se ha esfumado (¿tenía realmente un motivo de peso para estar así?). Que mis quejas y sinsabores son menudeces y lo que debo hacer es estar agradecida por lo que tengo. Que si antes, al quedarme dormida, había ganado en sueño, ahora, al entrar en bucle con Instagram, había ganado en VIDA.

Y es que lo que estas mujeres consiguen compartiendo con todos su camino es tremendo. Todas tienen en común haber padecido o padecer cáncer. Todas, seguro que lidian cada día o con pruebas médicas, o con revisiones o con analíticas, o con resultados, o con efectos secundarios de todo tipo, o con miedos o con incertidumbres.  Y, aun así, todas se atreven a contarnos parte de su día a día, ofreciéndonos siempre algo a quienes las seguimos.

Maribel, Nuria, Raquel, Lis, Alejandra, Ariadna, Raquel, Ana, Mirella, Vanessa, Blanca, Silvia, María, Charo, Lau, Cristina, Montse y Bárbara, ¡GRACIAS de todo CORAZÓN! Porque días como el que he descrito antes empiezan así y tras leeros, se transforman y empiezan a fluir de otra manera.

Caminantes, sois muchas más las que andáis por «el cable». Aquí no nos cabíais todas – ¡ojalá y sí- pero sentíos aludidas igualmente. Todas formáis parte de este pequeño homenaje que os hemos querido hacer hoy.

Porque 4 de febrero podría ser todos los días. ¿Acaso no?