EL AGUA

5 FEBRERO

Foto | Nora Zubia @noriisima

¿Cuántas veces hemos oído eso de “hay que beber mucha agua”? Seguro que muchas. Y, ¿cuántos sabemos el porqué de tal afirmación? Seguro que no todos. Pues bien, saber cuál es el porqué de las cosas suele ayudar a entenderlas y asimilarlas mejor. Y esto a su vez, nos suele facilitar la puesta en práctica adecuada de las cosas 🙂 . Sigue leyendo

FASES DEL CÁNCER

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Foto | Xava du

En posts anteriores os contamos qué era el cáncer y cómo era su lugar idílico para aparecer y hacerse fuerte. Hoy nos adentraremos en las fases de la enfermedad. El asunto cambia dependiendo del momento o fase en la que nos encontremos. Y es importante conocer a fondo estos momentos. Lo que siempre os decimos: cuanta más información tengamos al respecto, ¡tanto mejor! Así que allá vamos. Sigamos este camino que juntos ya hemos empezado 🙂

Fase de inducción. Durante esta fase no hay diagnóstico posible. Ni tan siquiera las personas presentan síntomas de “la que se está montando” en su organismo. Esta fase puede perdurar en ese punto por los siglos de los siglos. Puede ser tan rápida como eterna. ¿Y qué ocurre exactamente en este momento? Pues que nuestras células empiezan a transformarse. Se vuelven malas y se multiplican de una manera asombrosa a la velocidad del rayo. Además, consiguen hacerse con un poder mágico y maligno a la vez: capacidad invasiva. ¿Y de qué depende qué la cosa vaya a más o no? Pues evidentemente de la calidad de vida que les demos. Ya lo sabéis, entorno procáncer, seguirán con su guerra particular. Entorno anticáncer, probablemente acaben rindiéndose. Así que, ayudemos a nuestro cuerpo a darle jaque a estas células, siguiendo las pautas que por aquí os contamos cada día.

Fase in situ. En este momento ya existe un microscópico daño canceroso en el tejido de nuestro cuerpo donde ha comenzado el asunto. Las personas que están en esta fase tampoco presentan síntomas. Su diagnóstico es difícil pero no imposible. Hoy en día ya existen técnicas avanzadas que lo permiten (PET).

Fase invasiva local. Ese pequeñísimo daño empieza a crecer y empieza a afectar a otras células cercanas, lastimando tejidos adyacentes. Aquí ya podemos decir que ese daño inicial ha pasado a ser un cáncer en toda regla. Según sea el lugar y el tamaño de dicho cáncer, las personas que lo padezcan presentarán síntomas o no. No hay una norma general para esto.

Fase invasiva a distancia. El cáncer empieza a crecer y coger fuerza fuera del punto donde se originó. Dicho de otro modo que todos hemos escuchado alguna vez: aparecen las metástasis. Esto ocurre porque las células malas tienen capacidad para crear nuevos vasos (lo que técnicamente se conoce como angiogénesis y a lo que dedicaremos un post más adelante). En este momento la sintomatología suele ser evidente y compleja.

Resumiendo. Cuatro momentos. Y cada momento igual de importante. Estemos en la primera fase, estemos en la cuarta fase, tenemos alternativas, tenemos mucho por hacer. Así que, nada de bajar la guardia y, por supuesto, caer en el desánimo. Este camino no ha hecho más que empezar. ¡Y jaquealcancer no te dejará solo en ningún momento!

EL AZÚCAR

A little sugar in my bowl

Foto | Umberto Salvagnin

Parece que está moda decir que “el azúcar es malo”. Pues, y, aunque suene a tópico ya, a leyenda urbana o incluso a la frase de moda, es una verdad como la copa de un pino. Aunque es algo que en realidad se sabe desde hace años (aún recuerdo la de veces que un buen amigo me repitió, hace ya tiempo, lo perjudicial que era tomar azúcar. No se cansaba de recordármelo cada vez que veía que le echaba azúcar a mi menta poleo. Y, ¡cuánta razón tenía!), apenas se está empezando a concienciar a la sociedad de ello. No es un tema fácil, sino más bien peliagudo. Hay mil intereses creados por los cuales no conviene destapar la verdadera personalidad de esta sustancia existente en la despensa de cualquier familia. Pero no vamos a tomar este camino. Simplemente os vamos a contar porqué el azúcar es malo para el cáncer:

Porque se trata del alimento que nutre al cáncer. Ni más ni menos. Las células cancerígenas son golosas por naturaleza y si les das lo que quieren pues, evidentemente, crecen, y, se hacen fuertes. Además, no sobra añadir que cuando tomamos azúcar, los niveles de esta sustancia en sangre se elevan rápidamente y esto, como podréis imaginar no es nada bueno. Más adelante, en otro post, os hablaremos del índice glucémico y de la carga glucémica para profundizar un poco más en el tema.

Así bien, el asunto es tan claro como el agua. Te voy a dar un ejemplo para que lo entiendas:

¿Sabes lo que es el PET? Te lo explico. Se trata de una prueba médica mediante la cual se le inyecta una gran cantidad de azúcar a tu cuerpo. Reposas y a continuación te practican un TAC que buscará las zonas donde hay hiperglucemia o un aumento de azúcar. Si llega a acumularse azúcar en una zona, significará que ahí hay cáncer o metástasis.

Dicho esto, sobra explicar mucho más sobre este tema ¿no?

Lo más importante es ahora mismo tomar conciencia de lo que supone consumir azúcar diariamente. Digo diariamente, porque, no hay que irse a los extremos. Recordemos que las cosas se vuelven en nuestra contra cuando nos volvemos radicales. Tomar todos los días un yogur con azúcar no es bueno. Tomar un yogur con azúcar una vez cada dos meses no supone nada. Evidentemente, esto es así si hablamos de personas sanas. Una persona que tenga cáncer, o incluso, haya padecido cáncer, debería restringir el consumo de azúcar totalmente.

Además, hay que tener en cuenta otra cosa más. La industria alimentaria presente emplea azúcar a mansalva. Da igual de lo que hablemos, prácticamente todo –en menor o mayor medida- contiene azúcar. Desde la salsa de tomate preparada hasta los cereales pasando por la pechuga de pavo. Esto que quiere decir, que, sin darnos cuenta, todos los días consumimos azúcar de un modo u otro. Aprovechando la coyuntura, no queremos pasar por alto mencionar dos de las cosas que solemos comprar y consumir con asiduidad y que están cargadísimas de azúcar: los refrescos y los zumos envasados. ¿Sabías qué un vaso de refresco de cola contiene la friolera de 9 terrones de azúcar? Pues bien, haz cálculos. Si te tomas un refresco de este tipo diario, ¿cuánto azúcar le estás dando a tu cuerpo? Con los zumos envasados igual. Y, en este caso, lo peor es que tendemos a dárselos a los niños como si fueran agua bendita.

Ante todo esto, algunos estaréis pensando… ¿y cómo endulzo mi café? ¿Qué le echo a mis postres? Existen alternativas al respecto. Os las presentamos:

  • Estevia.
  • Sirope de ágave.
  • Miel.
  • Dátiles.
  • Azúcar de coco.
  • Sirope de frutas.
  • Azúcar panela.

Os iremos hablando de estas opciones largo y tendido más adelante.