Foto | Nora Zubia @slowandchic
Hacia ya tiempo que no improvisábamos por aquí el contenido de redes…
Hoy, 3 de mayo, toca 😉
Hola… 3 de mayo y en mi agenda en rojo aparece «cita con el oncólogo». Desde ayer estoy hecho un manojo de nervios. Desde ayer que mi tripa funciona a mil revoluciones y no salgo del cuarto de baño. Desde ayer que el miedo se ha apoderado de mi y no soy persona… No os conocemos, pero sabemos que a muchos os pasará esto y que muchos os sentiréis identificados con este miedo atroz a las revisiones, a las «ITV», a los resultados de pruebas y analíticas… ¡Y tan normal! Cuando el «curso de la vida» depende de estas citas en rojo es complicado saber controlar ese terrible pavor a lo que el médico vaya a decir. Así que, no, no os sintáis bichos raros, ni penséis que sois unos exagerados.
Por contra, intentemos dominar nuestra mente en la medida de lo posible -y no que ella nos domine- y no adelantemos acontecimientos. Y muchos diréis ahora, «vale bonitas, pero, ¿cómo se hace eso?» 🙂.
Primero, asumiendo ese miedo escénico, aceptándolo y catalogándolo de normal. Segundo, trabajando a su lado. Esto también forma parte del camino, son piedras que hay que sortear y que podemos aprender a sortear mejor con mucha paciencia.
¿Por dónde empezamos? Por los cimientos, nunca por el tejado. Así que, primer ejercicio de malabares para sortear piedras de este tipo: RESPIRAR. Tan sencillo, tan complicado. Por regla general, a lo largo de nuestra vida desaprendemos a respirar. Pues aprendamos de nuevo: inhalo por la nariz, exhalo por la nariz, llenando y vaciando mi abdomen de aire. Probadlo. Mano en abdomen y ojos cerrados: yo y mi respiración solos, nadie ni nada más nos acompaña.
Hacedlo muchas veces, todos los días, enfatizando los días previos a esas citas en rojo… Os prometemos que si trabajáis en ello, funcionará.
Caminantes, suerte con esas citas en rojo y FELIZ DÍA, siempre… ¡FELIZ DÍA!