LOS ACOMPAÑANTES

ACOMPAÑANTES

Foto | Nora Zubia @slowandchic

Ayer compartíamos esto en redes sociales. Os lo dejamos por aquí… caminantes, y, ¡acompañantes de caminantes! ¡Feliz día a todos!

Ser el actor principal de la película es complicado. Pero también lo es ser uno de los actores secundarios. La película de nuestra vida la protagonizamos nosotros. Y la secundan un montón de personas, familiares y amigos, casi siempre…

¡Oh sí! Hoy queremos hacer un guiño a esas personas que nos acompañan en nuestros caminos. Personas que, somos muy conscientes, habemus muchas por aquí 😉 …

Personas que tiran del carro cada día. Personas que nos alientan e intentan sacarnos una sonrisa día sí, día también. Personas que quisieran llorar más de lo que a veces se les permite o pueden. Personas que sueñan con nuestra recuperación de la misma manera que lo hacemos nosotros. Personas que posponen sus planes solo para estar cerca de nosotros. Personas que dejan de vivir su vida al cien por cien, para embaucarse en nuestra aventura y darnos todo y más.


Acompañantes, ¡ole y más ole! Sois importantes. Sois cruciales. Sois la pera. Pero, ¿sabéis qué? También debéis cuidaros. También debéis sonreír ante vuestros logros personales. También debéis saber disfrutar. También debéis seguir viviendo… Y he ahí, el quid de la cuestión: saber donde está ese punto medio, ese punto en el que podamos, sin dejar de ayudar y acompañar a nuestros protagonistas absolutos, seguir disfrutando, sin necesidad de anularnos por completo. Porque eso nos da vida y buena energía. Y esa vida y esa buena energía son fundamentales para nosotros, pero también para nuestros enfermos.

Pensadlo un momento. Detened el tiempo. Y, si os habíais embaucado en un bucle en el que no os permitíais ni reír ante un chiste, ¡stop! Porque ese, no es el buen camino… ni para vosotros ni para vuestros protagonistas…

QUE IDEAL SERÍA…

REFLEXIÓN

Foto | Nora Zubia @slowandchic

¡Marchando una de redes para hoy!

Que ideal sería que todos tuviéramos una vocación y que todos pudiéramos dedicarnos a ella, cuidándola y mimándola además como oro en paño, ¿verdad?
Que ideal sería que todos aquellos que se dedican a ser médicos ejerciesen su profesión desde una vocación sincera, ¿verdad?
Que ideal sería que no existiesen médicos que un día antes de que un pequeño fuera diagnosticado con un tumor cerebral le dijesen a su madre embarazada que lo que necesita el niño -¡qué ya había estado tres veces en urgencias!- es ir a un psicólogo porque solo quiere llamar la atención ante el próximo nacimiento de su hermano y que su dolor de cuello y sus vomitonas constantes se deben a eso, ¿verdad?
Que ideal sería que no existiesen médicos que tratasen de pesado a un señor con unas inusuales manchas en la piel, al cual durante dos años le hicieron creer que lo que tenía era una especie de dermatitis y que con cremas y potingues todo iba a estar bien, -hasta que alguien decide hacerle una prueba a consciencia y esa dermatitis acaba siendo un tipo de cáncer-, ¿verdad?
Que ideal sería que no existieran médicos que jugasen a ser médicos, ¿verdad?
Pues hoy vamos a hacer un llamamiento a esos médicos descontentos y poco afables, a esos médicos que en vez de ejercer su profesión juegan con nuestra salud y les vamos a pedir que hagan STOP por un momento y reflexionen… Y entonces quizás empiecen a copiar a esos colegas que verdaderamente se mueven por vocación.
Qué ideal sería conseguir «la conversión» de al menos uno de ellos, ¿verdad?


Caminantes, puede que hoy consigamos algo… .


¡FELIZ DÍA!

EL XILITOL

XILITOL

Foto | Nora Zubia @slowandchic

Puede que a muchos os suene esto del xilitol. Y seguramente os sonará de verlo entre los ingredientes de muchos de los chicles que encontramos en el mercado actualmente. Y así es, los chicles, y, algunas pastas de dientes, son el destino que en ocasiones tiene este alcohol de azúcar.

¿Alcohol de azúcar? ¡Sí! El xilitol es un tipo de alcohol que contiene el azúcar de muchas frutas y verduras: coliflor, arándanos, fresas y frambuesas son buenos ejemplos. También podemos encontrarlo en el abedul y en el maíz. Y, de hecho, por motivos económicos, es de estos últimos de donde normalmente se extrae. Una vez extraído se utiliza como endulzante. El que procede de la madera de abedul es el más recomendable.

¿Es una buena alternativa? ¿Por qué?
Sigue leyendo