Foto @slowandchic
Hace algunas semanas os enseñaba la mini coleta que había conseguido donar y os contaba que tenía un pequeño problema con mis canas (no tanto de cantidad, sino de velocidad, jeje, ¡son como Rayo McQueen en sus mejores épocas, aparecen a la velocidad del rayo!). Y os vaticinaba un post sobre un tinte diferente que estaba probando. Pues allá vamos. Os pongo en antecedentes primero.
Hasta hace algún tiempo me teñía una vez al mes. Sabía de antemano, que, como un reloj, debía hacer visita puntual a la peluquería. Y todo iba bien…
Por si os lo estáis preguntando, la respuesta es sí: me teñía con un tinte químico. Supuestamente, era un tinte de calidad y, por tanto, menos agresivo, o así me lo dijeron en la peluquería… De hecho, era bastante carete, y, parece que, en tintes químicos, como en muchas otras cosas, la calidad va casi siempre de la mano de su coste. (Debemos destacar además que en la actualidad hay muchos avances en este campo y, los tintes de ahora nada tienen que ver con aquellos tintes atiborrados de amoniacos poco controlados de antaño).
El caso es que, pese a que sabía que no me estaba echando el peor tinte del mercado, eran químicos que una vez al mes acechaban la piel de mi cabeza, para, ipso facto, pasar al sistema linfático y al torrente sanguíneo y alterar ya de paso el PH de mi cuero cabelludo.
Y así, cada vez que salía de la peluquería me decía a mi misma que, no debía seguir echándome tintes una vez al mes, porque, pese a los avances, hay evidencia científica clara que asocia el uso de tintes químicos con la aparición de linfomas, leucemias y cánceres de mama principalmente.
Pero estaba un poco bloqueada con el asunto. Y no avanzaba ni buscaba alternativas… ¿No os pasa qué a veces sois conscientes de qué es mejor cambiar algo, pero no sois capaces de cambiarlo? Así estaba yo hasta que…. ¡empezó “él sin vivir”! De buenas a primeras, a los 15 días de haberme teñido, ¡¡¡las canas volvían a hacer acto de aparición!!! ¡No me lo podía creer! Y no, ¡no podía estar yendo a teñirme o retocarme cada 15 días a la peluquería! Ni por salud, ni por dinero, ni por tiempo. Y así me di cuenta de que verdaderamente debía actuar.
Entonces recordé que mi madre se había echado hacía un par de años y durante una breve temporada unos barros. Se los había echado hasta que decidió dejarse las canas -¡y bien guapa que está por cierto!-, y me sonaba que había comentado que no eran químicos. El caso que, en su momento no le había prestado mucha atención… y como todo a lo que no le prestas atención, acaba cayendo en el olvido.
Así que hablé con ella y le dije que me volviera contar sobre aquellos barros y entonces me animé. ¡Busqué una peluquería que los utilizase, me asesoré respecto a lo que realmente me iba a echar en el pelo y, voilà! Desde hace unos meses, ya no estoy teñida con tintes químicos, sino con barros.
¿Y qué son estos barros? Los barros son pigmentos vegetales o minerales -mezclas de plantas, semillas, cortezas, arcillas, especias… dependiendo del color que busques la mezcla será una u otra- «infusionados» (= mezclados y aplicados) con agua caliente. La idea en principio es que los barros tapen sutilmente la cana. Podemos decir que no la «tapan» tan a fondo como los tintes químicos, pero si que la tapan lo suficiente como para que no se note. Es como si la maquillaran, consiguiendo un «efecto mechas» asombroso y muy natural. Sin embargo, ojo al dato, que también pueden utilizarse con el fin de cambiar el color del pelo, sin que necesariamente existan canas de por medio. En este último caso, lo mejor es consultarlo en la peluquería en cuestión y que te asesoren, pues, dependiendo de tu color real de pelo y del color no real que quieras conseguir, los barros podrán ayudarte o no.
Aún estoy en el camino, eliminando restos del tinte químico y con la consiguiente mezcla de tintes de aquí y de allá en mi pelo. De hecho, fue por este mismo proceso de “saneamiento” para librarme del tinte químico por lo que me vi en la tesitura de tener que cortarme el pelo antes de lo que yo hubiera querido (habría querido donar una coleta bien hermosa)… Pero es que, si no te lo cortas, el proceso para que tu pelo se sanee y vaya cogiendo forma con el nuevo color de los barros es más largo y complicado. Y aún así, reconozco que hay que tener paciencia para hacer el cambio. No es coser y cantar. Es un proceso con sus días de salir de la peluquería y no querer ni mirarte al espejo por la cantidad de tonalidades raras que al principio comienza a coger tu pelo.
Pese aún no haber alcanzado del todo el objetivo final de cómo me gustaría tener el pelo, estoy encantada. ¿Por qué?
- Porque ya no estoy agrediendo ni a mi cabello, ni a mi cuero cabelludo, ni estoy alterando su PH.
- Porque no me pica nada cuando me ponen los barros. Antes, en alguna ocasión, me llegaba a picar cuando me teñía. Nada insufrible, pero si que existía cierto picor. De ahí que los barros sean especialmente recomendables para todas esas personas con el cuero cabelludo sensible y/o problemas de piel y alergias.
- Porque mi pelo empieza a brillar cada vez más y lo noto “más suelto” y con “más vida”. Esto es debido a que, entre otras cosas, los barros no resecan el cabello y los tintes químicos sí.
- Porque me siento más coherente de acuerdo a lo que sé y de acuerdo al estilo de vida que intento prime en mi día a día ahora mismo.
- Porque, como las canas no se tapan del todo, sino que se maquillan, ese efecto raíz de cuando vuelven a hacer acto de aparición es bien diferente y se disimulan más. De este modo, he logrado extender un poco la cita de la peluquería. Y un mes sin teñirme lo aguanto perfectamente. Incluso si no soy muy exigente, puedo estar mes y pico.
- Porque es una comodidad ir a la peluquería y que un profesional te tiña. Llegué a barajar comprar un tinte vegetal y aplicármelo yo en casa, pero ni soy muy manitas para esto ni tengo mucha paciencia… así que, yo personalmente, prefiero que me lo apliquen.
Caminantes, un par de notas de atención ya para acabar:
- Tened cuidado con los tintes que os dicen que son naturales y en realidad no lo son. Cuando os hablen de tintes naturales sin más y no os cuenten lo que llevan, desconfiad. Y sobre todo, si el tinte en cuestión consigue poneros el pelo de un color mucho más clarito al vuestro… lo normal es que no sea natural verdaderamente. Un tinte realmente natural no puede bajar muchos tonos en el color. Si os hablan de tintes vegetales o minerales, entonces, respirad y sonreíd… en principio podéis estar tranquilos.
- Cuánto más permanente es un tinte y cuánto más intensa es su pigmentación (tintes más oscuros), más agresivos suelen ser para nuestro cuero cabelludo y por tanto, peores para la salud.
Hola buenos días,
¿No sabrías decirme de qué marca son esos barros para el tinte? Es por localizar el producto o por ver si alguna peluquería cerca de Valencia trabaja con ellos.
Muchas gracias.
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Hola María. Los barros que yo me estoy echando son de Secretos del agua. Si te metes en su web verás las peluquerías que trabajan con sus productos en distintas ciudades. Seguro que en Valencia hay alguna. Gracias a ti! Un abrazo.
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Hola, justo yo estoy en la búsqueda de estos barros, pero no he encontrado ningún lugar donde me expliquen como hacerlos, componentes, etc.
Me puedes ayudar? donde me puedo informar?
Muchas gracias por tu ayuda!
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Hola Anita. Yo me estoy echando los de Secretos del agua. Si entras en su web encontrarás información y un listado de las peluquerías en donde trabajan con sus productos. Ojalá y te sirva de ayuda! Gracias a ti, un abrazo!
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Muchas gracias, tengo muchas ganas de probar.
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ireninha@gmail.com
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