Foto | Nora Zubia @slowandchic
La verdad es que nos encanta que interactuéis con nosotras. Nos gusta leeros y sentiros. Y nos gusta que nos hagáis peticiones. Cierto es, que no siempre podemos cumplirlas. Pero cuando podemos hacerlo, lo hacemos. ¡Y con mucho gusto!
Cuando una seguidora nos pidió que le dedicásemos un post a la soja texturizada, dudamos en un primer momento sobre si cumplir su petición o no. ¿Por qué? Pues porque la soja texturizada no forma parte de nuestro elenco de alimentos muy presentes en nuestras cocinas. La controversia que gira alrededor del consumo favorable, o no, de la soja en general, tiene la culpa… y, un hándicap añadido que luego veremos…
A ver. Hagamos juntos un ejercicio de memoria. Hace aproximadamente unos diez años -quizás un poco más- la soja irrumpió en nuestras vidas con mucha fuerza. De repente, los establecimientos se cargaban de arsenal de esta legumbre en todas sus presentaciones: que si leche de soja, que si yogures de soja, que si galletas con soja -cabe señalar que todos estos productos solían venir con un plus de azúcar tremendo-. Y parecía que, sino no tomabas soja, algo le faltaba a tu alimentación. Una servidora lo recuerda perfectamente porque en aquella época no hacía mucho que me había estrenado como madre y ante la intolerancia de mi peque a la leche de vaca, y por prescripción médica, estuvimos muchos meses echando mano de la soja para todo. (Puntualicemos, para quien todavía no lo sepa, que, en aquel momento de mi vida, aún no me preocupaba conscientemente de la alimentación de mi familia). Y vosotros caminantes, lo recordáis, ¿verdad? Pues bien, desde entonces, muchas teorías han girado alrededor de la soja. Algunas son favorables y muchas otras, no lo son.
En estas teorías, las alarmas suelen saltar siempre en relación con un cáncer, el de mama. Muchas carecen de base, pero otras parece que sí la tienen. De momento, quedémonos con esto:
Por un lado,
- Consumir soja durante el tratamiento con taxones y con Tamoxifeno SI que puede entorpecer el buen funcionamiento de dichos tratamientos.
- Consumir suplementos de soja SI que está relacionado con el aumento del riesgo a sufrir cáncer de mama.
Por otro lado,
- Parece que consumir soja fermentada – recordemos que la soja fermentada tiene capacidad probiótica– durante la infancia y la adolescencia podría prevenir en cierto modo el riesgo a sufrir cáncer de mama en la edad adulta.
- Consumir soja de manera moderada en mujeres sanas NO aumenta el riesgo a padecer cáncer de mama.
- Consumir soja ocasionalmente, habiendo padecido antes un cáncer de mama, NO apunta hacia un mayor riesgo a sufrir recidivas.
Y bien, ¿qué pasa entonces con la soja texturizada? Pues más de lo mismo, a decir verdad. Pero con ese hándicap añadido que os comentábamos líneas más arriba: que la soja texturizada es normalmente un producto que se deriva de un proceso de centrifugado. Incluso parece que no siempre está del todo claro de dónde sale finalmente este producto. Y ya sabéis que los productos procesados ni forman parte de nuestra vida diaria ni forman parte de las recomendaciones de Jaque al cáncer. De hecho, parece que en muchas de las presentaciones de soja texturizada se han encontrado restos de hexano. Por tanto, mejor, evitarla. Sabemos que hay muchos defensores de la soja texturizada que quizás salten tras leer esto. Pero, pese a saberlo de antemano, no podíamos no ser francas con lo que nosotras pensamos por evitar reacciones en contra. Y es que, como decíamos al inicio del post, la soja en general, sigue causando mucha controversia. Y la soja texturizada no es la excepción que confirma la regla.
Entonces, ¿recomendaríamos el consumo de esta legumbre en alguna presentación?
Fundamentalmente a modo de soja fermentada pero nunca más de 3 veces a la semana:
- Salsa tamari -salsa de soja sin gluten y sin azúcar-.
- Miso.
- Tempeh.
(* O la soja en vaina, los famosos edamames al vapor, también serían una buena elección)
¿Por qué estas opciones si que son aceptables?
- Porque no son productos procesados.
- Porque no son alimentos de difícil digestión. Mientras que las otras presentaciones de la soja si que conllevan un proceso de digestión lento y pesado.
- Porque en esta presentación se eliminan los antinutrientes de la soja. Y es que, pese a ser una legumbre, contiene muchos antinutrientes.
- Porque así es como se consume originalmente la soja. Lo demás, son “adaptaciones” que se han ido haciendo de este alimento.
Seguidora, ojalá y te haya servido de algo el post. Aunque no sea un post “pro la soja texturizada” 😉.
*Artículo interesante al respecto https://elpais.com/elpais/2019/04/05/ciencia/1554474189_175557.html
Me ha encantado el post. Yo hace tiempo que vengo investigando el tema de la soja y opino lo mismo que vosotras. La consumo muy de vez en cuando,por ejemplo si salgo fuera y pido un café o alguna vez la soja texturizada, pero desde luego que no entra dentro del consumo habitual.
Lo que sí me gusta pero tampoco consumo mucho son los edamame,la salsa y el miso.
Gracias por este artículo tan interesante.
Un abrazo,
Marta.
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Hola Marta! Muchas gracias!!! Nos encanta que te haya gustado el post 😉 Y nos encanta que nos cuentes cosas….. con los edamames nos pasa como a ti, nos chiflan y sin embargo no los consumimos apenas….. Habrá que remediarlo 😉 Un abrazo enorme.
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