Foto | Nora Zubia @slowandchic
Bueno, bueno, el último día del Reto de Fin de Año ha llegado, pero atentos la semana que viene, ¡qué inauguraremos el año con un Mini Reto de Año Nuevo! Ojalá y este reto os haya ayudado y os ayude en un futuro. Ahora toca asimilarlo y trabajarlo. Nada es fácil en esta vida 😉 .
Os dejamos ya con la última premisa.
Día cinco del reto:
ME RODEO DE GENTE QUE SUMA
El paso de los años y la experiencia nos ha enseñado esto. Cuando uno empieza su vida no es en absoluto consciente de lo importante que es esta premisa… Hasta que un día algo “hace click” y entonces entendemos todo. Seguro que muchos habéis tenido en vuestra vida personas nocivas y tóxicas que no hacían más que entorpecer vuestro camino. Y seguro que muchos aguantabais callo -o, tal vez, ¿seguís aguantando? -, pese a todo. Si vuestro caso es el primero y ya no aguantáis callo, ¡felicidades! Si vuestro caso es el segundo, decidiros a desterrar a esas personas de vuestra vida para siempre. Os animamos muy mucho a que despidáis el año diciéndoles adiós. Independientemente de nuestras circunstancias personales y estados de salud, hemos de rodearnos de personas que sumen y que nos aporten algo. Busquémoslas, hay muchas y apostemos por ellas. Nos ayudarán inmensamente en nuestro camino, sea cual sea…
¡Hola! Quería comentar algo sobre estas dos frases que habéis escrito: «Decidiros a desterrar a esas personas de vuestra vida para siempre» (las que nos resultan nocivas) y «Hemos de rodearnos de personas que sumen y que nos aporten algo».
A todos nos gusta estar con personas con las que nos llevamos bien y cuya convivencia o trato nos resulta beneficiosa en alguna manera. Esa es una situación ideal, pero la realidad es que nos toca tratar con personas que nos perjudican y con las que la convivencia es difícil. Estas personas pueden ser de nuestra propia familia: padres, hermanos, hijos, suegros, etc. ¿Debo desterrar a mi padre de mi vida o a mi madre o a mi hermana porque me resulten nocivos? Creo que no. Y ¿cómo desterrar incluso a un compañero de trabajo nocivo con el que tienes que compartir despacho a diario o a tu propio jefe? Podemos escoger a nuestros amigos y a nuestra pareja, pero la familia nos viene dada y los compañeros de trabajo tampoco los escogemos nosotros.
Siempre habrá personas nocivas en nuestra vida que no podamos desterrar. Yo creo que lo más sabio es aprender a convivir con ellas lo mejor posible. Por otro lado, pienso que no debemos vivir esperando siempre recibir algo de los demás, sino ser nosotros los que demos sin esperar nada a cambio. Es decir, yo debo ser quien sume y aporte a las personas que me rodean, incluyendo a las que me hacen la vida difícil por ser nocivas para mí. Porque a fin de cuentas ¿qué mérito tiene amar a quien te ama? y ¿qué tiene de especial ser amigo de aquellos que te aportan? El mérito está en vencer con el bien el mal.
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Hola Tani. Muy buena reflexión. Con tus palabras has aportado un punto de vista nuevo que también deberíamos tener en cuenta. Y sí, tal vez, deberíamos haber aclarado, que nos referíamos a gente que nosotros podemos ir escogiendo a lo largo de nuestra vida. En cuanto a esa gente que no podemos escoger y que por circunstancias de la vida tenemos que estar cerca de ella, y que poco nos aporta, seamos inteligentes y que no nos arrastren a su campo negativo. En cuanto a lo de amar a quien no nos ama, sería ideal y fantástico, así como dedicarnos solo a aportar a los demás…. Es ciert que lo especial y admirable es dar y dar. Pero la realidad es que eso cuesta mucho… Hay que estar muy muy fuertes a nivel personal para conseguir todo esto. Sería maravilloso conseguirlo… quizás algún día lleguemos a ello. A nosotras aún nos queda un largo camino por recorrer! Mil gracias por tu comentario. Es interesante y nos has hecho volver a reflexionar 😉 Un abrazo.
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No penséis en eso de dar y dar como un ideal imposible de lograr, una meta inalcanzable, algo que solo pueden hacer en vuestras propias palabras «los que están muy fuertes a nivel personal». Vosotras mismas ya lo estáis haciendo a través de este blog al dedicar tiempo y esfuerzo para ayudar a muchas personas que ni siquiera conocéis. Aportar a los demás es algo tan fácil como sonreír a un vecino en la escalera, saludar al conductor del autobús, ayudar a un compañero en el trabajo aunque no te caiga bien, ser amable con la cajera que por error te da un euro menos en las vueltas, no pitar al conductor que tienes delante nada más ponerse el semáforo en verde y un largo etcétera de gestos simples que podemos hacer en nuestra vida cotidiana a lo largo del día. No se trata de buscar grandes acciones, sino de cuidar las pequeñas acciones que podemos realizar en favor de las demás personas, sean nuestros seres queridos, simples conocidos o incluso personas desconocidas que en un momento dado se cruzan en nuestra vida.
Y si me encanta que los demás me aporten cosas buenas como alegría, positividad, atención, cariño…. yo debo ser la primera en hacerlo. No puedo pedir a los demás algo que yo misma no esté dando. Por eso en vez de buscar rodearme de personas que me aporten algo, prefiero buscar cosas concretas con las que pueda aportar yo.
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Estupenda aclaración Tani. Estupenda actitud ante la vida. El giro que le das a nuestra premisa cinco es magnífico…. Habrá que hacer algo con ello…. 😉 Con la vuelta al cole tal vez sumemos la filosofía Tani en Jaque…. Cuanto nos enseñáis! Gracias gracias, un abrazo y feliz tarde.
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