Foto | Xava du
En posts anteriores os contamos qué era el cáncer y cómo era su lugar idílico para aparecer y hacerse fuerte. Hoy nos adentraremos en las fases de la enfermedad. El asunto cambia dependiendo del momento o fase en la que nos encontremos. Y es importante conocer a fondo estos momentos. Lo que siempre os decimos: cuanta más información tengamos al respecto, ¡tanto mejor! Así que allá vamos. Sigamos este camino que juntos ya hemos empezado 🙂
Fase de inducción. Durante esta fase no hay diagnóstico posible. Ni tan siquiera las personas presentan síntomas de “la que se está montando” en su organismo. Esta fase puede perdurar en ese punto por los siglos de los siglos. Puede ser tan rápida como eterna. ¿Y qué ocurre exactamente en este momento? Pues que nuestras células empiezan a transformarse. Se vuelven malas y se multiplican de una manera asombrosa a la velocidad del rayo. Además, consiguen hacerse con un poder mágico y maligno a la vez: capacidad invasiva. ¿Y de qué depende qué la cosa vaya a más o no? Pues evidentemente de la calidad de vida que les demos. Ya lo sabéis, entorno procáncer, seguirán con su guerra particular. Entorno anticáncer, probablemente acaben rindiéndose. Así que, ayudemos a nuestro cuerpo a darle jaque a estas células, siguiendo las pautas que por aquí os contamos cada día.
Fase in situ. En este momento ya existe un microscópico daño canceroso en el tejido de nuestro cuerpo donde ha comenzado el asunto. Las personas que están en esta fase tampoco presentan síntomas. Su diagnóstico es difícil pero no imposible. Hoy en día ya existen técnicas avanzadas que lo permiten (PET).
Fase invasiva local. Ese pequeñísimo daño empieza a crecer y empieza a afectar a otras células cercanas, lastimando tejidos adyacentes. Aquí ya podemos decir que ese daño inicial ha pasado a ser un cáncer en toda regla. Según sea el lugar y el tamaño de dicho cáncer, las personas que lo padezcan presentarán síntomas o no. No hay una norma general para esto.
Fase invasiva a distancia. El cáncer empieza a crecer y coger fuerza fuera del punto donde se originó. Dicho de otro modo que todos hemos escuchado alguna vez: aparecen las metástasis. Esto ocurre porque las células malas tienen capacidad para crear nuevos vasos (lo que técnicamente se conoce como angiogénesis y a lo que dedicaremos un post más adelante). En este momento la sintomatología suele ser evidente y compleja.
Resumiendo. Cuatro momentos. Y cada momento igual de importante. Estemos en la primera fase, estemos en la cuarta fase, tenemos alternativas, tenemos mucho por hacer. Así que, nada de bajar la guardia y, por supuesto, caer en el desánimo. Este camino no ha hecho más que empezar. ¡Y jaquealcancer no te dejará solo en ningún momento!