SER ELENA, SER ESPOSA, SER MADRE Y TENER CÁNCER

ELENA TABOADA

Elena Taboada es una mujer. De labios rojos y ojos centelleantes.

También es una madre. De tres niños.

Y una esposa. Del amor de su vida.

(Forma junto con #suscuatro un equipo formidable).

También es una profesional. Una licenciada en Relaciones Públicas a la que el diseño gráfico marcó su trayectoria. En la actualidad es una empedernida amante del diseño textil. ¡Y qué bien lo hace! ¡Se nota cuando el corazón y la pasión priman sobre todo lo demás! ¡Mirad aquí!

Elena es una enferma también.

Padece un Leiomiosarcoma de alto grado: sarcoma agresivo, perteneciente a la familia de tumores malignos. Vamos, hablando en plata, tiene cáncer.

Elena tiene una cuenta en Instagram en la que cada día nos deja entrever todos estos papeles que ha de desempeñar cada día. Y, caminantes, ¿sabéis qué? Que no lo hace del todo mal. Lo hace más bien, muy bien.

O esa es la sensación que a nosotras nos transmite. Y no porque su vida sea “muy Instagram”. Y muy perfecta pese a las imperfecciones. Sino más bien lo contrario…

Cuando está BIEN. Lo cuenta. Lo dice. Lo muestra. Y lo demuestra.

Cuando esta MAL. También lo muestra. Y se ausenta. Y va y viene. Para luego, cuando la tormenta pasa, volver siempre.

Ha decidido que subida a esa montaña rusa particular recorrerá un camino brillante y firme igualmente. Es un poco, ¡mágica!, porque lo está consiguiendo.

Hoy os la traemos con un escrito perfecto y de deliciosa lectura para mostrar esas múltiples facetas que has de vivir. Estés sano. Estés enfermo.

Voilà, Ser Elena, Ser Esposa, Ser Madre. Y tener Cáncer:

En enero de 2017 me diagnosticaron un Leiomiosarcoma de alto grado. Después de tres cirugías complicadas y actualmente en la tercera quimio, no sabría concretar qué Elena va primero. Depende del momento del día.

El último tratamiento me está dando tregua y puedo hacer una vida bastante normal, así que a la hora de los baños y cenas soy MAMÁ sobre todas las cosas. Cada día, por suerte, salto al ring de mis tres tesoros. Son mis personal trainers. Nos reímos, nos peleamos, nos queremos, nos gritamos, nos manchamos, nos tronchamos y apagamos la luz. Buenas noches.

Ahí aparece Elena la MUJER, la ESPOSA y la ENFERMA. Me miro al espejo y no doy crédito una vez más: soy una persona con cáncer. Lo soy. Me lavo la cara, me pongo una crema, miro el whatsapp, contesto al mundo, planifico tareas del día siguiente, recojo juguetes tirados y suspiro por comprar muebles bonitos, apunto cosas de la lista del súper, le doy los últimos toques a la web, me pongo un aviso para recordar la extraescolar del mediano, pienso posibles targets para mis estampados, busco soluciones para que el pequeño recupere la calma al acostarse, le doy vueltas a lo bonito que sería diseñar una camiseta solidaria para el Sarcoma, intento recordar qué capitulo toca de mi serie, me río pensando en las innovaciones culinarias que tendrá que probar Carletto esta noche cuando llegue del trabajo… Al final está siempre Elena Mujer, que hace las mismas cosas que cualquier otra.

Pero además de ser mujer en todas mis extensiones, soy también ENFERMA y comparto cada minuto de mi vida con el CÁNCER. Por desgracia, es la pesa que equilibra mi balanza. Cuando se le ven las orejas al lobo se mecaniza una forma de pensar que a los ojos de “los sanos” es un poco exagerada. Pero lo cierto es que es absolutamente real. De hecho, es LO REAL.

Abro mi armario y mi ropa es del siglo pasado; qué fastidio, no tengo nada decente, ¡con lo que era yo! Entonces mi cáncer me pone la mano en el hombro y ¡boom! Fogonazo. Vale, es verdad, realmente hay infinitas y maravillosas posibilidades con esos modelos del siglo pasado. Es más, me importa un comino y me entra la risa.

Otros días la energía no acompaña, e igualmente toca librar batallas antológicas con los peques. Alguno de esos días con mi bebote grande en brazos ha rodado algún que otro lagrimón de agotamiento y angustia, de no poder más. Y de repente, en un segundo, aparecen en mi cabeza los instantes en los que el oncólogo te dice “eso” tan horroroso. Y vuelvo a tragar saliva en ese deseo aplastante de querer escuchar cualquier otra cosa. CUALQUIERA, menos esa. Que mejor hablemos de problemas de facturas, de casas feas, de kilos de más, de quedarse sin vacaciones o de un mal corte de pelo. Vale. Y entonces me recompongo y alejo esos pensamientos. Vuelvo a la oscuridad de la habitación, siento mi cuerpo fuerte sujetando a mi pequeño y el vaivén de su respiración, qué fortuna. Escucho que Carletto ya está en casa, visualizo su sonrisa y pienso en mi aquí y ahora. Y mágicamente, en medio del cáncer, todo comienza a fluir de nuevo.

Esta soy yo cada día y esta es mi montaña rusa particular. El cáncer me ha cambiado, ahora soy una nueva versión de mí misma. Y tengo miedo. Pero mi camino es firme y brillante. No hay sitio en él para cosas feas que me resten energía y luz.

En los días malos me agarro desesperadamente a mis hijos, a mi marido, a mi familia, a mis amigos, a mi proyecto, a mis ganas de ayudar a los demás, a mis plantas, a mis dibujos, etc. Intento mantenerme a flote porque anímicamente me sale muy caro caer. Sé que está permitido y que ayuda a reforzar. Pero estar abajo me consume. Yo necesito sacar la cabeza y respirar. Es lo que yo llamo hacerme la sueca. Y funciona.

 

Elena, seguro que tu montaña rusa particular y tu afán por recorrer tu camino firme y brillante ayudan a muchos. Leyendo esto, más de uno, se hará el sueco… 😉.

¡¡¡GRACIAS DE TODO CORAZÓN!!!

* Dedicamos este post a todas esas MUJERES a las que la Vida pone a prueba teniendo que desempeñar un papel más -sí, sí… ¡otro!-. Que nadie se nos ofenda, pero en esta vida, ser mujer y ser enferma, tiene un mérito doble. Nuestra más profunda admiración para todas y cada una de esas mujeres. Las que SON. Las que FUERON. Y las que SERÁN.

 

 

 

2 comentarios en “SER ELENA, SER ESPOSA, SER MADRE Y TENER CÁNCER

  1. Elena , como te entiendo .Vive el aquí y ahora …lo que toque , todo en la vida es impermanencia , si es malo pasará y si es bueno viveló 100% porque también pasará …..pero no olvides que lo malo también lo hará , gracias a la maravillosa impermanencia .
    Mucha fuerza guerrera 💪💪💪💪

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