Foto | Nora Zubia @slowandchic

El protagonista del post de hoy es el champú. Bueno, no el champú en general, sino un champú en concreto: el que es nuestro champú de cabecera desde hace ya tiempo. Sorprendentemente, este champú llegó a nuestras vidas incluso antes de que Jaque comenzase, e incluso, pensamos que, desde antes de que tuviéramos un interés especial por llevar un estilo de vida más saludable. Alguna vez, ya os hemos mencionado por aquí, que una servidora tiene una hermana que hace las veces de ángel de la guarda y de alguna que otra cosilla más… Y así fue, gracias a ella, que conocimos el Champú Sánchez-Lafuente.

Antes de seguir, aclaramos como siempre hacemos ante este tipo de posts, que este NO es un post patrocinado, ni nada por el estilo. Simplemente le dedicamos un post al champú que nosotras usamos, porque a nosotras nos da buenos resultados y porque nos gusta.

¿Qué tiene de especial este champú? Su composición. Está hecho fundamentalmente a base de extractos de hierbas y plantas maceradas durante varios meses. Dicho de otro modo, se trata de una alternativa ideal si queremos cuidar nuestro pelo con un producto sin tantos químicos. Y una alternativa que funciona. Os aseguramos que os deja el pelo de maravilla y lleno de brillo. Además, cunde un montón el bote, necesitáis poca cantidad para lavaros el pelo. Y no, no hace espuma, así que, no caigáis en el error de vaciaros medio bote en el primer uso pensando que en algún momento vuestra cabellera se llenará de espuma blanca, ¡jeje!

Por cierto, os estamos hablando del champú de uso frecuente, es el que nosotras usamos. Tienen otra gama de champús, fortificantes, que, aunque nosotras no hemos probado, apostaríamos que dan el mismo buen resultado, al igual que sus lociones capilares. Justo ahora, acabamos de ver que han lanzado también una gama de aceites y perfumes que, para ser honestas, apuntan también unas buenas maneras. ¡Habrá que probar! ¡Todo se andará!