UNA ODONTÓLOGA EN JAQUE

dentista

Foto | Nora Zubia @slowandchic

Jueves a la vista con INVITADA en Jaque. Lo sabéis, ¡nos encanta tener invitados por aquí! La invitada de hoy es para no variar muy especial. De profesión odontóloga, llamó a nuestra puerta (menudo lujo) para proponernos un post la mar de interesante sobre el talón de Aquiles durante la quimio y la radio, es decir, la boca y sus cuidados durante ambos tratamientos. Este asunto, amigos, aunque no lo creáis, y no lo tengamos en cuenta -muchas veces hasta que nos da la lata- es tremendamente importante. Tras la lectura del artículo de nuestra odontóloga particular lo entenderéis. Por cierto, leyendo a Edith aquí o merodeando en su blog coliflower.es os daréis cuenta de lo mucho que sabe,  de bocas, de dientes, de quimios, de radios… pero también de alimentación, de recetas sanas y de cocina consciente. Os animamos a que ya de paso echéis un vistazo en su web.

Sin más pues, tenemos el honor de presentaros a Edith, sabemos que os caerá muy bien 😉

¡Hola caminantes!

Me llamo Edith, soy odontóloga de la Atención Primaria en Cataluña y hoy me gustaría aportar mi granito de arena a este fantástico proyecto de Jaque al Cáncer.

Desde mi experiencia, la boca suele ser el talón de Aquiles durante la quimioterapia y sobretodo en los tratamientos de radioterapia en tumores de cabeza y cuello. ¿La razón? Actualmente, el tratamiento oncológico (ya sea con radio o quimioterapia) produce efectos tóxicos en las células cancerosas pero también en las células normales. Esto conlleva a la aparición de una serie de efectos secundarios: náuseas, vómitos, caída de cabello… que ya conocemos, pero es en la boca donde se producen las alteraciones con más disconfort para el paciente.

¿Y por qué? Pues porque la cavidad oral está recubierta por una mucosa con una elevada tasa de renovación celular, una microflora compleja y además puede sufrir traumatismos durante la masticación, fonación o deglución y todo ello hace que sea más vulnerable a la toxicidad de la terapia oncológica.

Me explico: Imagina por un momento que la piel de tu brazo entra en contacto con un químico muy corrosivo ¿Qué pasará? Como mínimo, estará más roja y sensible a cualquier contacto y si ha estado mucho rato en contacto con él puede que incluso nos salgan ampollas o úlceras. Sólo de pensarlo, ya nos crea dolor ¿verdad? ¿Pero… y si encima esta piel no está limpia? Pues posiblemente tendremos una infección añadida y si la actividad de nuestro día a día requiere que siempre rocemos este punto… ¡ya será horrible! Esto es lo que nos puede pasar en la boca.

Se estima que un 40% de los pacientes que reciben quimioterapia y hasta un 76% de los pacientes trasplantados de médula ósea desarrollan problemas bucales, siendo los más frecuentes: mucositis, infección local, dolor y hemorragia.

La mucositis (inflamación de la mucosa) suele afectar entre un 30-85% de los pacientes oncológicos y puede aparecer como un simple enrojecimiento de la boca o tener sensación de quemazón o incluso presentar ulceraciones que realmente dificultan la alimentación. Muchas veces, el dolor que la acompaña suele limitar las funciones básicas del paciente como comer, hablar o deglutir. Y esto no nos interesa, porque para poder superar el tratamiento necesitamos tener una buena ingesta de nutrientes para que nuestro sistema inmune esté fuerte y no nos deje KO en el primer asalto.

Otro factor a tener en cuenta son las infecciones. Con la quimioterapia nuestro sistema inmune se ve debilitado y es una oportunidad excelente para la manifestación de los microorganismos que viven en la boca. Una infección oral puede interrumpir los ciclos de la quimio/radioterapia y comprometer el estado de salud general del paciente.

Además, suele haber sequedad de boca, alteración del gusto, molestias al comer o tragar, entre otras manifestaciones … pero la importancia de este artículo no es saber los efectos que produce la terapia oncológica en la boca sino saber qué podemos hacer por nuestra cuenta para minimizarlos. Por el momento, no existe ningún protocolo estandarizado para tratar de una forma integral al paciente oncológico, pero podemos actuar para avanzar en ello y mejorar su calidad de vida.

¿Cómo podemos hacerlo? Nuestro objetivo será llegar a la terapia oncológica con una boca que esté en las mejores condiciones posibles para disminuir el riesgo de padecer infecciones y la severidad de la mucositis.

Personalmente, aconsejo a todo aquel que tiene que recibir terapia (quimio o radio) una visita al dentista antes de iniciar el tratamiento para eliminar todos los focos de infección dentales (ya sean caries o abscesos) y realizar una limpieza de encías. Además, será imprescindible mantener una buena higiene oral durante todo el tratamiento. En estos casos, es importante utilizar un cepillo suave y un dentífrico no irritante.

Todo esto es vital en pacientes con cáncer de cabeza y cuello, ya que la radioterapia puede ocasionar graves secuelas (dañar irreversiblemente las glándulas salivares, la mucosa oral, la musculatura y el hueso alveolar), que en muchos casos se pueden evitar o al menos minimizar.

Sé que encajar una noticia de este tipo no es fácil y muchas veces no hay tiempo para la reacción, pero siempre que se pueda hay que llegar con las mejores condiciones, porque dentro de lo difícil… será más fácil. Espero que esta información sea de ayuda y entre todos podamos sumar más y mejor.

Edith, estamos seguras que tu artículo y tu buena labor divulgativa ayudarán a muchas personas. Por la parte que nos toca, estamos infinitamente agradecidas con tu colaboración.

¡Gracias de corazón! y ¡Hasta pronto! 🙂

5 comentarios en “UNA ODONTÓLOGA EN JAQUE

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