Foto | Nora Zubia @slowandchic

Seguimos con nuestra serie de posts dedicados a cómo cocinar los alimentos. En este post hacíamos una introducción al respecto y hablábamos de la importancia de la alimentación cruda. Hoy le toca el turno a los alimentos cocinados al vapor. Se trata de un método de cocción estupendo para nuestra salud. Si aún no lo habéis probado, os recomendamos muy mucho que lo empecéis a probar ¡desde ya! :).

Como su propio nombre indica, la cocción al vapor es una técnica que aprovecha el vapor del agua. Se colocan los alimentos sobre una rejilla o vaporera que está dentro de un recipiente con agua en el fondo. En el mercado ya existen vaporeras eléctricas muy prácticas, que cuentan incluso con distintos niveles para preparar distintos alimentos a la vez, ganamos en tiempo y por supuesto, ahorramos en energía. Pondremos en el primer nivel el alimento que necesite mayor tiempo de cocción (este tiempo de cocción variará según el grosor del alimento, aunque siempre es mejor dejarlos “al dente”). Es muy importante que el agua nunca toque los alimentos.

No obstante, si no tenéis vaporera, y no entra en vuestros planes haceros con una, ¡tampoco tenéis excusa! Podéis cocinar al vapor en ollas convencionales también. Existen complementos para hacerlo. Lo único que debéis tener en cuenta es que encaje correctamente. Los cestos de bambú, tan empleados en la cocina asiática, también son otra buena manera de cocinar al vapor.

Cocinar al vapor ofrece varias ventajas:

• Los alimentos conservan casi todos sus nutrientes intactos. Hasta tal punto que las verduras no pierden sus sales minerales ni sus tan preciadas vitaminas.
• Los alimentos no pierden ni su color original ni la intensidad de su sabor.
• Los alimentos se tornan más jugosos -frente a los alimentos crudos- pero nunca hasta el punto de estar grasientos o aceitosos.
• Se trata de un método de cocinar rápido y sencillo. Apenas tardas o ensucias nada. Es ideal para esos días en los que se nos ha hecho tarde o, que, simplemente no nos apetece cocinar.
• Se trata del método de cocción idóneo durante los tratamientos de quimio y de radio. ¿Por qué? Pues porque durante estos tratamientos nuestra mucosa intestinal está tan irritada que solemos padecer molestias gástricas e inapetencia. Un modo de combatir ambas cosas es cocinando al vapor.

Recomendaciones para cocinar al vapor:

• Por regla general, cortad las verduras en trozos medianos y lo más uniformes posible. De este modo, todos los trozos estarán listos en un mismo momento.
• Todos los alimentos que se empleen para cocinar al vapor deben estar muy frescos. Esta técnica no disfraza sabores, como ocurre por ejemplo con un guiso. Aprenderéis a disfrutar del sabor auténtico de los alimentos.
• Si cocináis pescado al vapor -que, por cierto, ya os adelantamos que queda de vicio al vapor- queda mejor si lo cocinamos entero o en trozos, cuanto más grandes, mejor. De hecho, si utilizamos trozos pequeños, nos arriesgamos a que el pescado se reseque.
• Si deseáis cocinar alimentos pequeños evitad que se os cuelen por los agujeritos colocando una gasa de algodón natural antes de colocar tales alimentos.
• Si os resulta soso este modo de cocción porque sois de sabores más fuertes, probad a añadir en el agua del fondo especias, hierbas aromáticas o incluso ajo aplastado. Por ejemplo, a nosotras nos gusta añadir ajo y laurel.