Foto | Nora Zubia @slowandchic

El tema del que hoy os vamos a hablar aún no está científicamente comprobado por muchos estudios. De hecho, entre los estudios que sí se han llevado a cabo, hay algunos que no demuestran que a priori exista un vínculo real entre los móviles y el cáncer. Y entonces muchos os estaréis preguntando que porqué demonios os los contamos 🙂 . Pues os lo contamos porque todos los estudios llevados a cabo al respecto, se han basado en factores a corto plazo. Nunca a largo plazo. Quién sabe si el impacto de muchos años tendría el mismo resultado. Además, existe una firme recomendación de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de militar el uso de móviles y que anda pululando por ahí, sin llegar a oídos de casi nadie… ¡Increíble pero cierto!, veamos:

Cualquiera puede darse cuenta de que la cantidad de tiempo que utilizamos los móviles ha aumentado de manera importante en los últimos años. Como os decíamos, este hecho está ya siendo objeto de estudio en muchos campos y, lo seguirá siendo en estudios venideros. El campo de la salud es uno de los campos más estudiados en este respecto. Concretamente hay infinidad de investigaciones en marcha que intentan ver si existe alguna relación directa entre los tumores de crecimiento lento (en el cerebro, por ejemplo) y el uso continuado y prolongado de los móviles.

Lo que de momento sí sabemos es que el uso de la telefonía móvil nos expone abiertamente a campos electromagnéticos de radiofrecuencia. Y también sabemos científicamente que esta exposición puede ocasionar mutaciones en el ADN. Algo que evidentemente, es nocivo para nuestra salud. Tal y como os comentábamos más arriba, la IARC ha llegado a clasificar este hecho como posible carcinógeno humano del grupo 2B. Por eso, nos aconseja de sobremanera que seamos mucho más cautos y sensatos con el uso de los móviles. Desgraciadamente este apunte de la IARC se ha quedado ahí. No ha trascendido y en ningún país se han hecho eco de esta recomendación y ¡no han informado a la población al respecto!

¿Qué deberíamos saber sobre los móviles?

• Que cuando más contaminación electromagnética generan es al llamar o al recibir una llamada. Por eso la opción de los mensajes y WhatsApp es tremendamente aconsejable. Y por eso también, si eres tú el que llama, evita tener el móvil pegado a la oreja mientras el aparato está marcando el número. Espera a que la persona a la que estás llamando te conteste. En ese momento pega ya tu oreja al aparato. Así que sí, visto lo visto, el uso de auriculares, altavoz o manos libres para hablar es fantástico.
• Que la exposición a esos campos electromagnéticos aumenta, ¡y mucho!, en zonas de poca cobertura. Tanto para la persona que recibe la llamada en esa zona de poca cobertura, como para la persona que la realiza. Así que, eso de estar llamando incesantemente a alguien aun sabiendo que efectivamente no va a tener cobertura, es un grave error.
• Que deberíamos hacernos todos con una funda metálica de móviles. Ayuda a protegernos en cierta medida de las radiofrecuencias. Y ojo con esto, esas pegatinas que tan de moda estuvieron hace algunos años, que en teoría te protegían de tales radiofrecuencias, en realidad, o no hacían nada, o, ahora se ha comprobado, las aumentaban.
• Que cuando vamos a hacernos con un móvil nuevo, debemos consultar su índice SAR. Cuanto más bajo sea este índice, tanto mejor.
• Que no deberíamos llevar el móvil nunca pegado al cuerpo. La opción del móvil en el bolsillo, no es nada acertada. De hecho, cuando no lo usemos dejémoslo lo más alejado posible de nosotros. Os pongo dos ejemplos personales:

1. Como autónoma que soy, me paso muchas horas al día sentada frente al ordenador. Antes tenía el móvil sobre mi mesa de trabajo. Ahora lo dejo en otro mueble que está más alejado.
2. Durante muchos años el móvil fue mi despertador. Ahora ya no. Como no me gusta apagarlo por “si pasara algo” -sí, es absurdo esto, para algo está el fijo… manías en proceso de superación ;)- lo dejo en un rincón de la habitación, bien alejado de mi cama.

Los motivos de esto son:

a) El móvil, a pesar de no estar siendo utilizado, sigue emitiendo frecuencias negativas para la salud.

b) Los campos electromagnéticos alteran la secreción de la melatonina. Y tal y como lo explicamos en este post, esto es algo muy importante. Si la hormona encargada de que nuestro organismo funcione en armonía no trabaja adecuadamente… ¡apaga y vámonos! Y es que encima, la disminución de esta hormona causa también inmunodepresión y ¡da rienda suelta a nuestros radicales libres!

¿Todo esto afecta de igual manera en niños y en adultos?

La respuesta a esta pregunta aún está siendo investigada. Sin embargo, sí que se sabe ya que la capacidad de los niños para absorber radiofrecuencia es mucho mayor que la capacidad de los adultos: sus órganos aún están en proceso de formación y son más susceptibles a todo esto. De ahí que cuando oímos eso de que los niños eviten el uso prolongado del móvil, no… ¡no es cuento chino! Un truco cuando un niño utiliza el móvil puede ser configurarlo en “modo avión”.

Si estoy embarazada, ¿las recomendaciones son las mismas?

No, el cuidado debe ser aún mayor. Los fetos son muy sensibles a las radiaciones (de ahí que siempre que nos hacemos una radiografía nos pregunten si estamos embarazadas), así que, sobre todo, si estáis embarazadas, evitad llevar el móvil cerca de la zona abdominal.

Con los tiempos que corren sabemos que todas estas pautas son complicadísimas de llevar a cabo. A nosotras mismas, son tal vez algunos de los cambios que más nos han costado (y están costando). Pero intentémoslo, y si no llevamos a cabo todo, al menos una o dos cosas, ¿no?

¡Ánimo caminantes!